sábado, 17 de octubre de 2015

17 de octubre de 1945, ERA EL SUBSUELO DE LA PATRIA SUBLEVADA!!!



Raúl Scalabrini Ortiz
"Es increíble y hasta admirable el poder de persuaden y de ejecución de nuestra oligarquía. En el mes de octubre de 1945, el coronel Perón fue destituido y encarcelado. El país azorado se enteraba de que el asesor de la formación del nuevo gabinete era el doctor Federico Pinedo, personaje a quien no puede calificarse sino con la ignominia de su propio nombre. El Ministerio de Obras Públicas había sido ofrecido al ingeniero Atanasio Iturbe, director de los Ferrocarriles británicos, que optó por esconderse detrás de un personero. El Ministerio de Hacienda sería ocupado por el doctor Alberto Hueyo, gestor del Banco Central y presidente de la Cade, entidad financiera que tiene una capacidad de corrupción de muchos kilovatios.
"La oligarquía vitalizada reflorecía en todos los resquicios de la vida argentina. Los judas disfrazados de caballeros asomaban sus fisonomías blanduzcas de hongos de antesala y extendían sus manos pringadas de avaricia y de falsía. Todo parecía perdido y terminado. Los hombres adictos al coronel Perón estaban presos o fugitivos. El pueblo permanecía quieto en una resignación sin brío, muy semejante a una agonía.
"Con la resonancia de un anatema sacudía mi memoria el recurso de las frases con que hace muchos años nos estigmatizó al escritor Kasimir Edschmidt. "Nada es durable en este continente, había escrito. Cuando tienen dictaduras, quieren democracias. Cuando tienen democracia, buscan dictaduras. Los pueblos trabajan para imponerse un orden, articularse, organizarse y configurarse, pero, en definitiva, vuelven a combatir. No pueden soportar a nadie sobre ellos. Si hubieran tenido un Cristo o un Napoleón, lo hubieran aniquilado".
"Pasaban los días y la inacción aletargada y sin sobresaltos parecía justificar a los escépticos de siempre. El desaliento húmedo y rastrero caía sobre nosotros como un ahogo de pesadilla. Los incrédulos se jactaban de su acierto. Ellos habían dicho que la política de apoyo al humilde estaba destinada al fracaso, porque nuestro pueblo era de suyo cicatero, desagradecido y rutinario. La inconmovible confianza en las fuerzas espirituales del pueblo de mi tierra que me había sostenido en todo el transcurso de mi vida, se disgregaba ante el rudo empellón de la realidad.
"Pensaba con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17 de octubre de 1945. El sol caía a plomo cuando las primeras columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas y talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade los parques de diversiones con hábito de burgués barato. Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas, grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la imaginación puede concebir.
"Los rastros de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. El descendiente de meridionales europeos, iba junto al rubio de trazos nórdicos y el trigueño de pelo duro en que la sangre de un indio lejano sobrevivía aún. El río cuando crece bajo el empuje del sudeste disgrega su enorme masa de agua en finos hilos fluidos que van cubriendo los bajidos y cilancos con meandros improvisados sobre la arena en una acción tan minúscula que es ridícula y desdeñable para el no avezado que ignora que es el anticipo de la inundación. Así avanzaba aquella muchedumbre en hilos de entusiasmos que arribaban por la Avenida de Mayo, por Balcarce, por la Diagonal.
"Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón."
(En Hechos e Ideas, febrero 1946.)

domingo, 12 de julio de 2015

El corazón de las tinieblas Por Javier Chiabrando. Una historia que se repite en pueblos sojeros como el mío!!!

Como me debo a mis lectoras, perdón, lectores, me aventuré en lo conocido como si fuera lo desconocido y me fui a pasar unos días a mi pequeño y querido pueblo santafesino, el lugar donde nací, donde crecí, donde hice mis primeros y últimos goles como futbolista frustrado y aprendí mis primeros acordes de guitarrista. Mi pueblito es un pueblito típico de la patria sojera: Sencillo, lindo, conservador, amigable, y poco tiene nada que ver con aquello de "pueblo chico, infierno grande".
Pero la coyuntura había mostrado una nueva realidad: El pueblo pertenece al departamento donde más votos sacó Del Sel como candidato a gobernador. Más de un 40%, y en algunas mesas superó el 50%. ¿Qué había pasado en mi pequeño y querido pueblo? ¿Un amanecer zombi? ¿Un ataque alienígena que había inoculado en sus habitantes un nuevo sentido del humor que había roto la austera idiosincrasia piamontesa?
Entonces, como sociólogo vocacional que me siento luego de tantas contratapas alabadas por mis lectoras, perdón, lectores, me lancé en búsqueda de la verdad y me fui para allá, para de paso disfrutar de los mates de mi vieja, una fiesta familiar donde se podía comer y beber hasta desmayarse, y la inagotable paciencia de mis amigos que siempre me reciben cómo si me quisieran.
En el viaje, rodeado de cielo, pajaritos, soja, campo fértil y aire de primerísima calidad, recordé la novela de Conrad "El corazón de las tinieblas", y los personajes que se internaban en Africa cuando no era aún un vergel a explotar de jugadores de fútbol sino de esclavas sexuales y esclavos algodoneros. El impacto que sufrían los que se internaban en ese negrerío era tal que a la vuelta le medían la cabeza para ver si el cambio, además de mental, era físico. ¿Sufriría mi cabeza, además de mi corazón, el impacto de encontrarme a mi pequeño y querido pueblo transformado en (como dice Conrad) "el horror, el horror, el horror"?
Bastaron las cuadras que me llevaron hasta la casa de mis padres para darme cuenta de que todo seguía en su lugar. Es que, como dijo un amigo, mi pequeño y querido pueblo es un country (country abierto, que además contiene dos countrys cerrados). La calidad de vida es de tal calidad que las crisis pasan sin pena ni gloria, el trabajo nunca escasea demasiado, y los grandes mitos del desaliento nacional ni se notan. Inseguridad, desempleo, pobreza, narcotráfico, y otros males, existen porque lo dice la televisión, que ya se sabe que dice la verdad hasta que no la dice.
Y los políticos que gobiernan son vecinos que están lejos de ser vistos como corruptos, que cuando dejan el cargo vuelven a su vida de siempre. Y, como si fuera poco, vos sembrás un álamo y de yapa nacen dos algarrobos y una planta de tomate. Así de prodigiosa es su tierra. Y si sos cazador, de un tiro seguro que matás dos liebres. Y podés practicar equitación, karting, tenis, o disfrutar de las instalaciones de dos clubes casi tan grandes como el Real Madrid.
El paisaje no había cambiado demasiado desde mi última visita, con excepción de un horizonte ocupado por largas hileras de silos bolsas, que mi hijo confundió con un río, lo que hace que la expresión "un mar del silos bolsas" tenga sentido. Por un momento creí que semejante acumulación de soja al sol en los alrededores de mi pequeño y querido pueblo había generado una nueva droga alucinógena que se expandía arteramente por el aire. O quizá a través de las napas, llegando a las piletas de natación que los vecinos con plata hacen cuando logran comprar la casa al vecino que se muere.
Es tan agradable mi pequeño y querido pueblo, que ni La Cámpora existe. Está repleto de autos nuevos, las mujeres son ¡oh la la!, la gente se hace tiempo para ir a jugar al golf, organizar peñas, ir a la cancha los domingos, hacer asados en cualquier ocasión. Y todos pueden mandar sus hijos a estudiar (gratis) a Rosario, Santa Fe, Córdoba o Rafaela. Entonces, ¿a favor de qué o contra qué votó ese cuarenta y pico por ciento que se cagó en la lógica, en la política, en la inteligencia, en los modales, en los derechos de las mujeres, y votó al ex humorista y ex candidato y ex casi todo?
Tal vez la respuesta estaba en la gente que se estaba haciendo sus casas con el PROCREAR (entre ellos algunos que no necesitan pedir créditos), que una vez que se aseguraron la casita votaron a Del Sel pensando que el tipo iba a poner en marcha el plan "Peloteros para todos y todas". O tal vez los pobres ricos que viajan a Europa desde que no pueden encanutar dólares trajeron nuevas ideas que enseñaban que mientras más estúpido es el gobernador más chances hay de ser un gobernado feliz. Parece una idea boluda, pero en Europa la pusieran en práctica y ahí andan, hundiéndose cada día más. O sea: es una idea boluda.
Tal vez las ya citadas piletas de natación domésticas (que son grandes, muchas, a razón de una cada un par de cientos habitantes, y ninguna de marca Pelopincho) habían creado en sus dueños y amigos íntimos la sensación de que ya vivían en el Caribe, y que en el Caribe no es necesario un gobernador que sepa de nada, sino que basta con algún títere bananero, a la manera del Yeneral González de Olmedo.
Para tratar de entender, me sumé a cada asado, joda, cumpleaños, festichola y dolce far niente que encontré. Eso de día, porque de noche visité whiskerías y todos los boliches que encontré abiertos, y hasta me metí en un velorio donde se contaban chistes del muerto y se brindaba con Fernet en su memoria. Y por mucho que pregunté no llegue a ninguna respuesta satisfactoria. Cuatro de cada diez habitantes de mi pequeño y querido pueblo habían votado a Del Sel pero no había una explicación lógica.
De a poco mi curiosidad cedió y dejé de preocuparme por lo que ya no tenía solución. Además, a esa altura estaba borracho o aturdido de tanto comer. Y la sociología me importaba un carajo. Si llegaba a aparecer Del Sel al grito de "traigan las chicas" y "vamos a comer y a chupar hasta reventar", capaz que hasta yo lo votaba.
Al regresar a mi casa, como en "El corazón de las tinieblas", me medí la cabeza para ver si la experiencia había alterado su hidalga estructura griega y varonil. Pero con excepción de dos pelos menos y un grano producto de tanto comer chorizos a la grasa, no había cambio que documentar. Estaba más gordo, claro, pero mi cabeza era la de siempre y medía la de siempre. Esa noche, soñando con vivir esa vida espléndida también yo, de olvidarme de la tonta idea de hacer carrera con la literatura, la música y el periodismo, y de abandonar de una vez por todas mis pretensiones de ser un sex simbol maduro, se me apareció la respuesta.
Lo que la gente de mi pequeño y querido pueblo inmerso en el corazón de la patria sojera buscaba al votar a Del Sel era un estadio superior de la política, algo nuevo, una especie de nueva anarquía, anarquía ilustrada, anarquía selectiva. Una nueva política basada en la no política, incluso en la nada, con la esperanza de que ningún gobernador les venga a romper las pelotas con ideas, proyectos, leyes e intentos de repartir la torta. Una nueva anarquía que los deje vivir la prosperidad en paz. Resuelto el enigma, me volví a dormir.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-50104-2015-07-12.html

SON BALAS DE TINTA SON.Durísima réplica de Cristina a La Nación por la carta del Papa.

SON BALAS DE TINTA SON, ANTES RECURRIAN A LOS MILICOS AHORA A LOS MEDIOS DE INCOMUNICACION.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró que en el diario La Nación “ya no sólo mienten con descaro, lo que no es ninguna novedad, sino que ahora literalmente tergiversan lo que el Papa escribe y piensa” respecto de la Argentina. 
La jefa del Estado se refirió de ese modo a una nota publicada en la portada de La Nación del día de ayer, en la que aseguran que el telegrama de salutación que el papa Francisco envió a Cristina cuando sobrevoló suelo argentino, pedía “mayor compromiso con la justicia en la Argentina”.
Tapa-La-Nación
El telegrama del Papa difundido el viernes expresaba textualmente: “Al sobrevolar la amada patria argentina para dar comienzo a mi visita pastoral a Paraguay, me alegra enviar un cordial saludo a vuestra excelencia, expresando mi cercanía y afecto a esta querida nación, para la que pido al Señor copiosas gracias que le permitan progresar en los valores humanos y espirituales, acrecentando el compromiso por la justicia y la paz”.A través de las redes sociales, la Presidenta expresó que “como siempre, una vez más, La Nación muestra la hilacha. Pero la mentira tiene patas cortas, a Dios gracias. Amén”, destacó.

Cristina publicó además en Twitter y Facebook los telegramas enviados por el Papa a la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff; de Perú, Ollanta Humala; de Colombia, Juan Manuel Santos; y de Venezuela, Nicolás Maduro, que en todos los casos expresan conceptos en favor de valores como la justicia y la paz.
  1. El Papa que las corporaciones mediáticas no publican, pero los pueblos del mundo escuchan
  2. ... que más me impresionaron y como lo veo y lo siento. Lo quiero compartir. Los subrayados y negritas me pertenecen…
  3. Alguien dijo que fue casi una encíclica abreviada. Tiene toda la razón. Me permití extraer algunos fragmentos
  4. Como por ejemplo el impresionante discurso del Papa en el encuentro con los movimientos populares en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia…
  5. Bueno CFK, dejalos. Ya sabes como son! Tenés razón. Hay cosas mucho más importantes…
  6. ¿Qué quien firma la tapa de hoy de La Nación? En el papel, NADIE. ¿Para qué? Si ya es marca registrada…
  7. Mutación y clonación de titulares en menos de 24hs. Y después critican la cadena nacional…
    1. En fin, déjalo ahí. Vos ya sabes. ¿Por qué me sorprendí con el portal de La Nación? Y, mirá la tapa en papel de hoy.

Bartolomé Mitre (La Nación) y a Héctor Magnetto (Clarín) portando armas con sus balas de tinta.
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