martes, 12 de enero de 2016

Víctor Hugo: "No pueden escuchar las verdades que les duelen"


(11/01/16 - Libertad de Expresión)-."Me echan porque esta empresa está atada a las pautas y esas pautas las maneja un solo sector que maneja el gobierno de la Nación, de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires" dijo Víctor Hugo Morales al ser despedido.



"Lo que viene es un periodismo absolutamente alineado con la empresa, no se podrá decir, no se pueden meter con Macri porque tienen por delante cuatro años de un verdadero cepo moral, un verdadero cepo ético" dijo Víctor Hugo, que debió "negociar" con personal de la emisora cuatro minutos de aire para despedirse de su audiencia.
FUENTE: http://www.reportesur.info/2016/01/victor-hugo-no-pueden-escuchar-las.html

viernes, 8 de enero de 2016

El pelotudo argentino Por Gerardo Fernández.


En la maraña de acontecimientos dudosos, las usinas de Clarín y La Nación salen a buscar a ese ejemplar único e irrepetible que ellos mismos han formateado en las últimas décadas y que tiene como precisa y certera denominación científica: “el pelotudo argentino”, que no se parece en nada a los pelotudos de países limítrofes. El pelotudo argentino es nuestro, como el dulce de leche y el Torino, con rasgos propios, únicos e irrepetibles. Es ese nabo que se cree siempre un capo, un piola, uno que se las sabe todas y en realidad no sabe absolutamente nada. Valga aclarar a efectos de evitar confusiones que no hay que confundirlo con el jodido. El jodido sabe, procede con conocimiento de causa, básicamente se mueve como un depredador en la jungla buscando siempre su propia conveniencia. El pelotudo, en cambio, es un perdedor estratégico, un tactista que va cazando las sobras que los de arriba le dejan pero se cree más vivo que ellos.

El pelotudo argentino no mira televisión, la acata.

Es ese pelotudo que pone el grito en el cielo y llama a Magdalena si le vienen 15 pesos de aumento en la factura del gas y de verdad cree que lo están choreando, pero cuando las empresas de celulares, las prepagas, los colegios pri-va-dos y las proveedoras de cable lo empernan con arandela y todo automáticamente, por default razona que son “reacomodamientos propios del mercado”.

El pelotudo argentino viene desprovisto de fábrica de todas las ideologías que ponen el acento en lo nacional y priorizan el interés del país al que pertenece. Para él sólo tienen valor los intereses nacionales de los países de origen de las empresas que vienen a hacer negocios acá. El pelotudo argentino está convencido de que “siempre fue así” aunque nunca pueda probar absolutamente nada de lo que repite tontamente. Está fatalmente convencido que “este país no tiene salida” y que por eso hay que hacer la propia, ¿vistes? El pelotudo argentino cree que siempre los ricos fueron ricos y los pobres fueron pobres, no contempla la posibilidad de que algo pueda cambiar y cree que los que lo intentan son unos pelotudos.

Vino al mundo a ser un eslabón más en la cadena de reproducción del capitalismo dependiente y nunca se le pasó por la cabeza cuestionar nada de lo pre establecido. Y si le proponés ejemplos del funcionamiento del capitalismo central para incorporar acá te discute que son medidas comunistas. El problema del pelotudo argentino es su obcecación en defender las condiciones estructurales que determinaron que sea tan pero tan pelotudo. Es el típico gil a cuadros que defiende a Biolcati y a Clarín y cree que el Golcito que a duras penas está pagando en cuotas se lo debe a ellos y no a los pelotudos que como él generan con su trabajo la riqueza de los poderosos.

El pelotudo argentino ni siquiera tiene méritos propios en su pronunciado nivel de pelotudez. Es todo un logro argentino, lo hicieron enterito acá los que siempre tuvieron claro que la mejor defensa de sus intereses es que haya un ejército de pelotudos que estén convencidos de que nada debe cambiar.

El pelotudo argentino no discute de política porque “ni él va a cambiar tu forma de pensar ni vos se la vas a modificar a él”. No viene programado para rebelarse pero sí está formateado para ponerse del lado de los ricos toda vez que se intente sacarles algo. El pelotudo argentino de pueblo chico, por ejemplo, es de meterse en comisiones junto a los capangas del lugar para compartir reuniones y asados y creer así que por estar sentado al lado del potentado su status se ennoblece.

El pelotudo argentino que antes se aterrorizaba con Lanata ahora lo mira como a uno del palo y le comenta a sus amigos “lo groso que estuvo el gordo anoche”. 

El pelotudo argentino es algo así como la condición necesaria para que el país no salga adelante, es la materia prima de la dependencia. El pelotudo argentino es la garantía que tienen las minorías poderosas de que nunca habrá mayorías que se les planten y les digan “¡Basta!”. Porque el pelotudo argentino defiende a los que lo empoman día tras día y le hacen creer que es un ganador.

El pelotudo argentino se crió con las botas de la última dictadura y luego terminó de formatearse en los noventa. Usó el Retiro Voluntario de Menem para poner galletiterías, parripollos, pañaleras y maxikioscos o “drugstores” que, como se sabe, no son un kiosquito cualquiera. No, son casi, casi un súper pequeño, digamos, y sólo por razones de espacio, porque en el barrio no había locales grandes disponibles... y sí, es un pelotudo de pedigree, de los buenos, muy probablemente haya parido un casalito de pelotuditos que ahora andan en los veintipico que ni te cuento lo que son... ella estudia maestra jardinera y el varoncito administración de empresas. El pobre pibe no sabe que en su puta vida va a administrar empresa alguna, que las empresas las administran pura y exclusivamente los dueños, pero su padre hace horas extras para que el pelotudito de su hijo estudie cómo llevarle los papeles a los empresarios el día de mañana pero, eso sí, creyendo que les administrará algo.

Eso sí, es muy pagado de sí mismo, lo que se dice “un ganador” de esos que abrevan en Sofovich, Rial y Baby Etchecopar, de esos que cuando la Panamericana se abotona un domingo a las 20 se mandan por la banquina al palo. Cuando salen a la mañana de su casa y desactivan la alarma del Duna arqueando el labio inferior a la John Wayne  y escuchan al robot decir “X-28-de-sa-cti-va-do” sienten hasta una leve erección.

Y seguramente el pelotudo argentino haya votado a Macri, porque el tipo quería un cambio, para poder volver a sentirse un ganador (según sus parámetros de pelotudo).

Fuente:http://www.labatallacultural.org/2016/01/el-pelotudo-zonzo-argentino_3.html

martes, 27 de octubre de 2015

Soy un tarado Por Julio Rudman.



Según el Manual de Política Moderna de la Correct University de Tranquilandia esto que voy a hacer no se hace, pero no me importa. En primer lugar, seré autorreferencial y además meteré la cuchara en el trillado y espinoso asunto de que si el pueblo se equivoca o no. Hasta donde sé eso que se conoce como pueblo está compuesto por seres humanos, llamados electores para la ocasión. Entonces, falibles por definición. Y más si se cuentan de a muchos. Pero se lo sacraliza y ya se sabe que lo sagrado y quien escribe no se llevan bien.
Cuentan que mi abuelo Manuel encaneció en una sola noche, la noche en que murió un hijo suyo. Sucedió mucho antes de que yo naciera. Lo conocí así, con su pelo blanco y finito, hilos de nieve en ese hombre robusto y tierno. Anoche cuando me acosté a no dormir me acordé de ese episodio. No fue mi caso, mis hijos y mis nietos están bien, tristes y golpeados por dentro, pero con la rebeldía en pie. Soy yo el que se siente un reverendo tarado. Si no sonara soberbio diría que anoche me licencié en tarado cum laude.
¿Cómo no me di cuenta de que dos satélites celestes y blancos surcando el espacio no cuentan ante la telenovela de las 19? Sólo un tarado mayúsculo al que se le llenan los ojos de agua cada vez que las Abuelas recuperan un nieto puede creer que ese momento vale más que la cotización del dólar blue. Hay que ser un estúpido visceral para ilusionarse con cada universidad pública mientras la señora que almuerza en televisión sigue formateando los comedores argentinos.
¡Cómo no entendí que un viaje a Europa o al Caribe pesa millones de veces más que el reconocimiento a las trabajadoras del servicio doméstico! Este tarado que soy vio crecer la casa propia de mi hija y su familia y a las señoras y señores de la clase media mirar con recelo cómo los ladrillos se elevaban sin su permiso.
Tengo 69 años. 12 de ellos, los últimos, fui cursando la carrera de tarado. Casi el 20% de mi vida, no es poco. Fui un alumno optimista y desprendido. En esos años me jubilé y cobro la mínima. Trabajo en Radio Nacional y de la magra remuneración que recibo dejo casi la mitad en taxis y remises porque mi discapacidad motriz no me deja subir a colectivos. Es decir, soy lo más parecido a lo que mis colegas hegemónicos llaman un periodista militonto. O militaradotonto, si se me permite el trabalenguas.
Ganó el candidato que voté, pero el de los globos amarillos quedó mejor parado. Veremos, pero como soy un tarado coherente volveré a votar igual. Es que ratifico en mi soberbia taradez que no estamos aislados del mundo. Festejaron Merkel, el FMI, Rajoy, Cameron y el amigo Donald Trump. Ayer la preciosa Mar del Plata consagró a un nazi como alcalde. Ayer el ecuatoriano que le da letra a Macri ratificó su admiración por Hitler y le fue bien. Pero este tarado, el que anoche no pudo dormir y envejeció como nunca antes, es además de tarado tozudo.
En el muro de una ciudad, creo que Rosario, alguien pide que lo abracen hasta que vuelva Cristina. Paulina pide que la despierten en 2019. Yo necesito lo mismo que el rosarino, pero despierto. De puro tarado que soy.

Fuente: http://julio-rudman.blogspot.com.ar/

lunes, 19 de octubre de 2015

Diputada del socialismo Ines Bertero(ex esposa de Bonfatti) genocida de los pueblos de Santa Fe.

Es lamentable la aprobación de la media sanción de la ley genocida de agro tóxicos votada por los diputados socialistas, radicales y de algunos traidores del Peronismo santafesino sobre el proyecto de la impresentable diputada del socialismo Bertero donde se permite fumigar después de los 100 metros tanto por vía terrestre como aérea.
CRONICA DE UN DIA AGITADO EN LA CAMARA DE DIPUTADOS DE SANTA FE:
El proyecto de la socialista Bertero obtuvo media sanción con 20 votos positivos, 13 negativos y 5 abstenciones. La iniciativa permite fumigaciones aéreas y terrestres, desde los 100 metros de una zona urbana. Malestar entre ambientalistas, que acusaron de “genocidio” a los legisladores. Crónica de una jornada caliente en Santa Fe.
Los diputados se preparan para votar el proyecto de Bertero, que obtuvo despacho de mayoría en comisión. Se aprueba con 20 positivos (mayoría del Frente Progresista y el PRO), 13 negativos (Nuevo Encuentro, Movimiento Evita y el sector de Agustín Rossi) y cinco abstenciones.
Domingo Rodríguez, Mingo, y su pareja Isabel Sánchez siguen la sesión de la Cámara de Diputados en la que se trata la regulación del uso de agroquímicos. Se asoman desde la barra mientras esperan que se vote esa ley. Ellos tienen un tambo y producen de manera agroecológica en un campo de 30 hectáreas que alquilan en Díaz, en el centro sur provincial. Pero son y fueron víctimas de las fumigaciones: hace doce años perdieron a Milagros, su hija que nació con una malformación severa, y Mingo dice que él se enfermó de los huesos por el veneno que tiran desde los campos vecinos.
Los dos militan en el colectivo “Paren de Fumigarnos”, que apoya una de las dos iniciativas que llegaron a la sesión de este jueves a la tarde. El proyecto de José María Tessa, que prohíbe las fumigaciones aéreas y pone como distancia mínima para las terrestres los 800 metros desde una zona urbana. La otra iniciativa, de la oficialista Inés Bertero, permite las aplicaciones aéreas desde los 800 metros y, por tierra, desde apenas 100.
Los ambientalistas comparten la barra con productores rurales y aeroaplicadores. Unos temen que el proyecto de Bertero sea ley. “Es regresivo, anticonstitucional y no proteje la salud, que es un derecho fundamental”, aseguran los primeros. Los otros, el de Tessa. “Nos restringe la capacidad de producir. El de Bertero es que el menos daño nos hace”, replica uno de los integrantes de Carsfe (la cámara que los nuclea). Pujan desde las gradas por dos iniciativas opuestas, por dos mundos distintos.
-¡Qué bárbaro! Tan poca gente decide sobre la vida de tantos-, interpela Alejandro Simbrón, otro militante de Paren de Fumigarnos, de barba y pelo largo vestido con un buzo, a un aeroaplicador. El hombre con chomba rosa, vaquero oscuro y zapatos mantiene el silencio.
Los dos, codo a codo en la barra, siguen mirando a los legisladores. Alejandro insiste y ahora enfoca al hombre de chomba rosa.
-Es tremendo, ¿no?
-Disculpame, estoy escuchando.
Mingo es testigo del cruce entre el ambientalista y el aeroaplicador. “Yo no habló con ellos. Está todo dicho. Son los kiosqueros de Monsanto”, define. Él y su mujer culpan a los agroquímicos por la muerte de Milagros, su hija que vivió sólo 27 días. Nació con “espina bífida dorsal”. “En lugar de la parte baja de la columna, tenía un hueco, ni piel, ni hueso. Nos dijeron que si vivía iba a ser un vegetal”, describe ella, cruda.
Son las 16.50. Los diputados se preparan para votar el proyecto de Bertero, que obtuvo despacho de mayoría en comisión. Se aprueba con 20 positivos (mayoría del Frente Progresista y el PRO), 13 negativos (Nuevo Encuentro, Movimiento Evita y el sector de Agustín Rossi) y cinco abstenciones.
Los productores y aeroaplicadores aplauden en la barra. “Ellos están contentos pero se están intoxicando también”, protesta Paulina Riera, del colectivo ambiental.
Justificaciones
Cuando empieza a hablar la socialista Bertero parece escuchar los insultos desde la barra. Son los segundos que ella recibe en una larga jornada. Los primeros fueron al mediodía, al salir de la comisión de Asuntos Constitucionales (un trámite que duró diez minutos). También hubo para Mario Lacava (PJ), Raúl Fernández (PRO), Ariel Bermúdez (CC-ARI) y Darío Boscarol (UCR), los otros firmantes, a quienes los ambientalistas responsabilizaron de “genocidio” y fomentar el cáncer (ver informe de Rosario3.com con mapa en Santa Fe).
Ahora, en su discurso en el recinto, Bertero reconoce que existe “una cuestión conflictiva de nuestro modelo productivo” y que “los agroquímicos en mayor o menor medida son tóxicos”.
Destaca que el texto introduce nuevos controles, la presencia de un veedor fitosanitario (ingenieros agrónomos) en las localidades pero en los dos puntos centrales no logró acuerdo y el texto quedó igual. El artículo 34 define que la zona libre de sustancias químicas será hasta los 100 metros si hay una cortina vegetal y si no, hasta los 200. Desde allí se podrá fumigar con herbicidas de “banda azul y verde”, entre ellos glifosato, que se utiliza para la soja transgénica, el principal problema de la región. El artículo 33 permite fumigaciones aéreas desde los 800 metros y hasta los 3000 con controles especiales.
Tessa, derrotado, da un discurso breve. “Acá hay dos valores en juego. La preservación de la vida, que considero el derecho más importante, y por otro lado la producción. Estamos retrocediendo frente a la ley vigente que es de 1995 y tiene 500 metros de resguardo. Este conflicto va a seguir”, recuerda y después sentencia: “En las orillas de los pueblos viven los más humildes”.
Otro silencio en el recinto. Nadie aplaude.
Después siguen reflexiones contradictorias, como la de Susana García (Frente Progresista) que habla de los millones de toneladas de granos (se esperan 247 para 2020), de los millones de hectáreas sembradas (se pasará de 33 actuales a 42 en 2020), del crecimiento del monocultivo, del desmonte, que comparte la defensa de la vida de Tessa “pero en esta ley hay avances y por eso la apoyamos”. Norberto Nicotra (Unión PRO) también vota a favor pero critica fuerte que los intendentes o presidentes comunales pueden modificar estos límites. “¿Entonces para qué lo votamos?”, se pregunta.
“¿Cómo puede ser que estamos todos de acuerdo que faltan controles, que falla la franja libre de agrotóxicos, pero ahora votamos una ley para que sea aún menor?”, plantea Eduardo Toniolli, del Movimiento Evita (PJ). “Esto es regresivo y no es fruto del consenso. Esperemos que el Senado no lo apruebe”, añade. El también kirchnerista Leandro Busatto retoma esa idea y cuestiona el modelo sojero: “No podemos entregar los próximos 10 años con esta forma de producir e hipotecar los próximos 100 años. Años de enfermedad y abandono de la salud pública”.
Hay aplausos del otro sector de la barra. No de Isabel y Mingo, que se fueron hace rato. Cansados de esperar y sin fe. El tambero y productor agroecológico contó que él no va a dejar que lo sigan fumigando, que sus animales (tiene cerdos y gallinas) no seguirán comiendo glifosato. “Yo a las avioneta las corro a los tiros”, advirtió. La frase reciente de Tessa resuena: “Este conflicto va a seguir”.
FUENTES: ROSARIO3.COM-PAGINA/12 ROSARIO

sábado, 17 de octubre de 2015

El 17 de Octubre de 1945 día a día Por Norberto Galasso.

Primera semana de octubre del '45, día a día
Durante los primeros días de octubre se agrava la tensión política. El día 5 se decreta la clausura de la Universidad y fuerzas policiales desalojan violentamente a los estudiantes de los centros de estudio, produciéndose más de dos mil detenciones. En las refriegas entre estudiantes y grupos de la Alianza Libertadora Nacionalista, muere un joven reformista: Aarón Salmún Feijoó. Por su parte, la Secretaría de Trabajo continúa con sus medidas avanzadas: la sanción del laudo gastronómico -prohibiéndose la propina por razones de dignidad- implica no sólo un aumento salarial sino la intervención de los delegados gremiales en la información contable de los restaurantes.
La embajada norteamericana -el 2 de octubre- comunica al Departamento de Estado que es "necesario llegar hasta las últimas consecuencias", si bien conviene evitar "medidas coercitivas si éstas pueden ser reemplazadas, con éxito por la paciencia", quedando aquellas "como última instancia para cuando quede demostrado que la tendencia actual del pueblo argentino a resolver el problema por su cuenta haya fracasado en alcanzar sus objetivos" 1. Mientras, en Campo de Mayo, algunos altos oficiales, tomando como excusa las relaciones sentimentales de Perón con la actriz Eva Duarte, descargan su animadversión contra él, originadas, en muchos casos, en la declaración de Guerra a Alemania. Precisamente, en esos días, circula la versión de que la designación de Oscar Nicolini- el 5 de octubre, como Director de Correos y Telecomunicaciones- obedece a la presión de Eva Duarte. Esta cuestión opera como detonante en algunos sectores militares, hondamente trabajados ya por la gran prensa, así como por la campaña desarrollada por Braden. Incluso oficiales de alta graduación, de Campo de Mayo, filiados al nacionalismo –hasta ese momento, coincidentes con el coronel Perón- manifiestan su desagrado.
 7 de octubre
El General Avalos visita a Perón para informarle que el nombramiento de Nicolini ha caído muy mal en Campo de Mayo y que debería ocuparse de que esa designación quede sin efecto. El coronel le contesta que está cansado de imposiciones y que está dispuesto a renunciar.

 8 de octubre
Perón cita a jefes militares a su despacho y les informa acerca del planteo que le han hecho el día anterior: "...De un tiempo a esta parte vengo observando que Campo de Mayo llega hasta el Ministerio con verdaderas imposiciones... Primero, impusieron el alejamiento del interventor de la provincia de Buenos aires (Bramuglia), luego, la eliminación de la subsecretaría de Informaciones y Prensa y también se realizó. Ahora exigen la renuncia del señor Nicolini, nombrado por el Presidente de la Nación, a propuesta del ministro del Interior. Yo no estoy dispuesto a intervenir para que renuncie, prefiero irme a mi casa"2. La conversación deviene en altercado por lo cual el Gral. Avalos propone asumir la representación de Campo de Mayo y mantener un encuentro privado con Perón. Producido éste, Avalos le informa al coronel que para resolver el diferendo, presentará el retiro y que no hará nada que perturbe la tranquilidad del país. Disuelta la reunión, Perón informa lo sucedido al presidente Farrell. Pero en la noche se efectúa una nueva reunión en Campo de Mayo y allí se produce el amotinamiento. La mayoría de oficiales designa al Gral. Avalos para que a la mañana siguiente entreviste al presidente y le exija la renuncia de Perón a todos sus cargos.

 9 de octubre
En la mañana, Avalos cumple su misión. Farrell lo escucha y deciden de común acuerdo una visita a Campo de Mayo para conversar con los jefes sublevados. En el Ministerio de Guerra, Perón recibe la propuesta de varios jefes adictos para reprimir a los amotinados, pero se niega – por ahora- pues ésa es una decisión del presidente. Se disponen aprestos en varias guarniciones para el caso de que Farrell decida reprimir.
En Campo de Mayo, Farrell intenta disuadir a los jefes más exaltados, pero no lo consigue. La guarnición mantiene sus exigencias, por lo cual el presidente concluye por ceder. A las 17 y 30 horas, los generales Von der Becke y Pistarini entrevistan a Perón, en el ministerio de Guerra, para informarle que Farrell considera conveniente su renuncia. Perón recuerda: "Entonces, llamé a mi ayudante de campo y le dije- Al Jefe de operaciones, que detenga todo movimiento de tropas y que retornen a sus cuarteles, tráigame papel para escribir mi renuncia... El Gral. Pistarini me dijo que era mejor que dijera que renunciaba por el llamado a elecciones que se había decidido ya, que me retiraba para actuar desde fuera del gobierno. Le contesté: mi General, no interesa la causa más que a mí. Y escribí: Excelentísimo señor presidente de la Nación: renuncio a los cargos de vicepresidente, ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión con que vuestra excelencia se ha servido honrarme" y firmé. La entregué al Gral. Pistarini y le dije: Se la entrego manuscrita para que vean que no me ha temblado el pulso al escribirla. Se había cerrado un capítulo de mi vida. Di gracias a Dios por haberme permitido hacerlo sin sacrificar una sola vida en holocausto de la irreflexión o el apasionamiento"3. Al mismo tiempo, por documento aparte, el coronel solicita el retiro de la institución. "Al faltarme el apoyo militar, decidí retirarme"4.
En esa tarde, el gran estanciero y dirigente conservador don Antonio Santamarina, visita al Secretario General de Partido Comunista -Victorio Codovilla- en la Penitenciaría, informando, a la salida, a los periodistas del penal: "Le he dicho a Codovilla que de un momento a otro ha de producirse el estallido que aguardamos. Estamos apurados por obtener su libertad porque él puede orientarnos"5.
En la noche, el ministro del Interior -Dr. Quijano- comunica que el gobierno ha resuelto convocar a elecciones generales para el mes de abril de 1946 y que el coronel Perón ha renunciado a todos sus cargos, pues se había comprometido a dejar sus funciones a partir del momento en que se produjese la convocatoria electoral. Conjuntamente con este comunicado en el que se intenta disfrazar la verdad de lo ocurrido, las radios informan que han renunciado dos jefes militares adictos a Perón -los coroneles Filomeno Velazo y Domingo Molina- a la jefatura y subjefatura de la Policía Federal.
Esa misma noche, Perón permanece en su departamento de la calle Posadas en compañía de Evita, Mercante y algunos oficiales que se acercan a pedir información y a brindarle su solidaridad. "Todo esto es cosa del tanito de Villa María (Amadeo Sabattini) -señala el coronel-. Lo ha enloquecido a Avalos. Le prometió la vicepresidencia y ese irresponsable ha jugado el destino de la revolución"6. Además, le señala a Roberto Pettinato: "No haga nada. Ha terminado todo, por el momento. Ahora, hay que esperar el curso de los acontecimientos."7 A la misma hora, a pocos kilómetros de allí –en el campo de deportes del Sindicato de Cerveceros, en Quilmes- se lleva a cabo una reunión de dirigentes y militantes sindicales. Son alrededor de 70. De esa reunión, sale la designación de varios gremialistas- entre otros, Luis Gay, Alcides Montiel, Ramón Tejada y Juan Pérez- para que visiten al coronel, a la mañana siguiente y se informen de lo ocurrido, para trazar la táctica adecuada.
 10 de octubre de 1945
Al mediodía, el grupo sindical entrevista a Perón, en su departamento. Allí se decide la realización de una concentración frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión para que Perón se dirija a los trabajadores, al abandonar el cargo. Se ignora quién propuso ese acto, que habría de alcanzar suma importancia en el antagonismo vivido durante esos días. ¿Fue una propuesta de los delegados obreros a Perón, según el recuerdo de Gay?8. O, por el contrario, ¿fue una sugerencia de Perón que los delegados asumieron con entusiasmo? Difícil saberlo, pero lo cierto es que el acto se realiza en condiciones muy particulares: a) se convoca para el mismo día, no dando tiempo al enemigo para orquestar su respuesta; b) se obtiene, a través de una gestión realizada por Mercante, la transmisión por la red oficial de radios, lo cual indicaría cierta complicidad del presidente Farrell.
En la tarde, alrededor de 70.000 trabajadores se nuclean en torno a la Secretaría de Trabajo, desde donde habla el coronel, por altoparlantes y en conexión con la radio oficial. En su discurso, Perón anuncia que deja dos decretos firmados, a favor de los trabajadores. Uno de ellos, establece un nuevo régimen de asociaciones profesionales- otorgándoles autonomía, entre otros derechos- y el otro, un aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y participación en las ganancias. Sostiene, además: "Deseo manifestar, una vez más, la firmeza de mi fe en una democracia perfecta. Dentro de esa fe democrática, fijamos nuestra posición incorruptible e indomable frente a la oligarquía. Pensamos que los trabajadores deben confiar en sí mismos... No se vence con violencia, se vence con inteligencia y organización. Por ello, les pido que conserven una calma absoluta y cumplan con lo que es nuestro lema de siempre: del trabajo a casa y de casa al trabajo... Tranquilidad y calma es lo que necesitamos para seguir invencibles. Y si un día fuese necesario, he de formar en sus filas para obtener lo que sea justo. Mientras tanto, que sea la calma y la tranquilidad lo que guíe los actos de los obreros para que no se perjudique esta magnífica jornada de justicia social. Pido orden para que sigamos adelante nuestra marcha triunfal, pero si es necesario, algún día pediré guerra"9.

El discurso provoca fuerte irritación. Algunos jefes militares se sienten engañados por Farrell y Perón y exigen la remoción del presidente. Otros, como el mayor Desiderio Fernández Suárez-once años después responsable de la masacre de José León Suárez- reacciona con más furia y parado sobre una mesa del círculo Militar proclama: Hay que matar a Perón10. También el General Manuel A. Mora, en la Escuela Superior de Guerra, juzga necesario "organizar un plan de asesinato"11.
Esa noche, Perón vuelve a reunirse en la calle Posadas, con oficiales de su confianza. El coronel Juan Giordano recuerda que Perón le dijo que si los obreros salían a la calle podía desencadenarse una guerra civil. "¿Qué hacemos para evitarlo? le pregunté. Perón nos dio la siguiente directiva: -Pónganse de acuerdo con jefes y oficiales de la causa, para que las unidades militares de la Capital reciban a los obreros que salgan a la calle y coordinen con ellos la forma de operar. El resto de las tropas de San Martín y El Palomar deben evitar que Campo de Mayo marche hacia la Capital12.

"La Razón" informa, esa misma noche: "Al conocerse la noticia de la renuncia de Perón, suben las acciones de los ferrocarriles en la Bolsa de Londres. También suben en Nueva York otros valores colocados en la Argentina"13.

 11 de octubre de 1945
En la mañana del jueves, ya está en Buenos Aires el Dr. Amadeo Sabattini, caudillo de la Intransigencia Nacional del Radicalismo, de Córdoba, quien viene a entrevistarse con el Gral. Avalos. Arturo Jauretche intenta convencerlo de que asuma el gobierno: "Yo sé que Avalos le entregaría el gobierno a usted. Si se lo ofrece, tómelo. Y llévelo a Perón con usted. Sáquelo a flote. Y aún, si el Ejército quiere enterrarlo, hágale un entierro de seis caballos. Pero no se ponga en contra de este hombre que representa un nuevo espíritu. Concilie ese nuevo espíritu con el viejo del radicalismo intransigente y va a salir adelante... Que hable por radio un hombre que represente al radicalismo, por ejemplo, Elpidio González. Que diga que el Ejército ha resuelto que ningún militar puede ser candidato. De ese modo, usted, desde arriba, hará el proceso que Perón quería hacer. Es la última oportunidad que tal vez le da a usted la Historia, personalmente. Y la oportunidad tiene una sola trenza"14. Sabattini aprueba la propuesta, en principio, pero luego conversa con dos miembros del Comité Nacional y finalmente, le contesta a Jauretche: -El Comité Nacional ha resuelto que se debe entregar el poder a la Corte y... yo acato esa resolución"15. Jauretche le responde: -Sepa, Dr. Sabattini, que la oportunidad ha pasado al lado suyo y usted no la agarró por la única trenza que tiene. Ya no hay otra alternativa para el país que Perón o la oligarquía. Nosotros, nos vamos con Perón. No le extrañe que el pueblo haga lo mismo... Hemos jugado a la vieja política la última carta que era usted. Y usted no ha entendido. Usted está terminado políticamente y me despido con dolor porque nunca más lo volveré a ver16.

Ese día, Perón le comunica al Gral. Avalos, ahora ministro de Guerra, que "a fin de esperar mi retiro, he solicitado licencia y desde la fecha me encuentro en la estancia del Dr. Subiza", en San Nicolás17. Sin embargo, junto con Eva, se traslada a la localidad de Florida, a la casa de Elisa Duarte.

 12 de octubre
En la mañana, Perón y Eva se trasladan a una isla del Tigre, a una casa que les ha ofrecido Rodolfo Freude, hijo de un poderoso empresario alemán. Mercante lo despide y luego marcha a una reunión con veinte dirigentes gremiales... "Fue el primer intento- señala Félix Luna- de organizar alguna reacción a favor de Perón"18.
Por su parte, los opositores al gobierno militar-y en especial, a Perón- movilizan sus fuerzas. Ya el día 11, se han concentrado diversos grupos civiles frente al Círculo Militar donde se discute la salida a la crisis. Pero este viernes 12 de octubre, afluye más gente, que se asienta en Plaza San Martín. En el interior del Círculo, altos jefes militares intercambian ideas con políticos de diversos partidos (desde los socialistas Alfredo Palacios, Américo Ghioldi y Carlos Sánchez Viamonte hasta conservadores como José María Paz Anchorena, Adolfo Bioy y Bernardo Houssay pasando por radicales como José María Cantilo y Ernesto Sanmartino) Afuera: "un público selecto -según "La Prensa"- formado por señoras y niñas de nuestra sociedad y caballeros de figuración social, política y universitaria, jóvenes estudiantes que lucían escarapelas con los colores nacionales, trabajadores que querían asociarse a la demostración colectiva a favor del retorno a la normalidad"19. Armando Cascella describe de este modo ese llamado"picnic oligárquico": "Fiesta campestre, con señoras y señoritas de la clase ‘bien’, sentadas en las capotas de sus lujosos automóviles, o en rueda sobre el verde césped de ese aristocrático paseo, en amable y entusiasta tertulia ‘democrática’ mientras los mozos del Plaza Hotel y de otras proveedurías vecinas, ayudados por jóvenes galantes, iban y venían presurosos, con las bandejas cargadas de copetines, de botellas de champagne y suculentos sándwiches de pollo, de pechuga de pavita y de caviar’"20.

Un dirigente stalinista -Rodolfo Aráoz Alfaro- recuerda aquella escena: "En el Círculo se sucedían las reuniones... Nosotros, en la plaza, pronunciábamos discursos, exigiendo la rendición incondicional del gobierno... Las consignas eran de furiosa oposición al conjunto de las Fuerzas Armadas, con lo que contribuíamos a unificarlas contra nosotros"21. Desde los balcones del Círculo, el almirante Vernengo Lima intenta persuadir a los manifestantes que reclaman "el Gobierno a la Corte": "Si bien la Corte Suprema de Justicia es una tabla de salvación para el país, éste tienen instituciones armadas y el pueblo tiene la obligación de respetarlas"22. Pero desde los verdes canteros rugen gritos de desaprobación: ¡Militares no! ¡El gobierno a la Corte! ¡Militares al cuartel!. El almirante insiste: -El país debe confiar en que el Ejército y la Armada honestamente le propicien un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo". Se renuevan los abucheos: ‘Son todos iguales’... ’Está mintiendo’... El Almirante se indigna: Usted no tiene derecho a dudar de la palabra del Almirante Berengo Lima... Desde la plaza, gritan: ‘Habla como Perón’... Ante semejante comparación, el Almirante hierve de ira y rechaza lo que considera una afrenta: ¡Yo no soy Perón!...El griterío le dificulta continuar la exposición, pero alcanza informar que "Todos los culpables de este estado de cosas serán castigados, comenzando por Perón..."23. "Durante más de diez horas -recuerda Juan José Real- esta concentración de apellidos ilustres, de jóvenes universitarios y de militantes comunistas, reclamó la entrega del poder al alto tribunal y se desgañitó cantando un estribillo con música de la marcha radical: "Adelante, ciudadanos/ Adelante, sin cesar/ No queremos dictadura/ ni gobierno militar"24. María Rosa Oliver testimonia: "...Los comunistas, al contrario de los anarquistas, inflexibles y líricos, se habían unido para ganar la guerra a todos los que perseguían el mismo fin (a esto se llamó ‘browderismo’, en Estados Unidos), lanzando la consigna ‘vencer al fascismo’.

Por serles fieles, no tuvimos reparos en aceptar el apoyo abierto del nuevo embajador norteamericano Spruille Braden. Ese día estuve puntual, a las 9 de la mañana, en plaza San Martín... Desde donde estoy no llego a oír lo que en sus arengas dicen el radical, el conservador, el comunista, el socialista y el demócrata progresista. A todos los aplauden por igual. Terminado el aplauso, un solo clamor: Gobierno a la Corte... Me acerco a Jerónimo Arnedo Álvarez (uno de los principales dirigentes del Partido Comunista) y le pregunto si este es el pueblo con que contamos. Me asegura que los obreros empezarán a llegar después de las cuatro. Alentada, decido esperar... No me cabe duda: los asistentes a este acto pertenecemos a una clase social definida... Pasadas las cuatro.. miro y miro sin ver llegar lo que espero. Gente nueva afluye a la plaza, pero no es obrera."25
Esa misma tarde, Farrell, después de conversar con Vernengo Lima, decide la detención de Perón argumentando que se tata de una medida de seguridad pues su vida corre peligro. Sin embargo la decisión consiste en llevarlo preso a un buque de la Armada, lo cual podría indicar que la decisión le ha sido impuesta por el Almirante.
Poco después, el Jefe de Policía coronel Mittelbach se dirige a Tres Bocas, en el Tigre, para apresar a Perón. Mientras, esa noche, la policía dispersa a los manifestantes de Plaza San Martín, produciéndose graves enfrentamientos, de los cuales resulta muerto un médico, militante de los grupos opositores al gobierno.

 13 de octubre
A la una de la madrugada, en el Tigre, Mittelbach le comunica a Perón que tiene orden de trasladarlo a un buque de guerra. Perón se niega a acompañarlo argumentando que no quiere ser sacado de su jurisdicción y solicita que se comuniquen con Farrell para modificar la orden, al tiempo que él se traslada a su departamento de la calle Posadas, donde esperará novedades. Alrededor de las dos y media del sábado 13, el subjefe de policía -mayor D’Andrea- se presenta en dicho departamento y se traslada, con Perón, en carácter de detenido, a la cañonera "Independencia", para tomar rumbo hacia la isla Martín García. Mercante los acompaña y recuerda la despedida: "Perón susurró unas palabras recomendándome a Eva y luego, suelto y natural, subió la pasarela. Me quedé mirándolo desde abajo. De pronto advertí que el marinerito que montaba guardia a mi lado, estaba llorando. Por su rostro morocho corrían las lágrimas silenciosamente. ¡Entonces sentí una enorme tranquilidad y supe con claridad total que íbamos a ganar la partida!26. Lo sucedido indicaría que el Gral. Farrell ha cedido frente a la presión del Almirante Vernengo Lima y del Gral. Avalos. Ambos jefes se reparten transitoriamente las carteras del gabinete, mientras el presidente encomienda al D. Juan Alvarez -hombre de la judicatura- la reorganización ministerial.
"Crítica" titula : "Perón ya no constituye un peligro para el país"27 28.
En la noche del 13 de octubre, el profesor Juan Fentanes, nuevo secretario de Trabajo y Previsión, se dirige a los obreros por radiofonía intentando disipar inquietudes acerca de la pérdida de conquistas sociales, aunque manifestando su convicción de que el Estado no debe cumplir papel relevante en los conflictos laborales "pues obreros y patrones deben resolver directamente sus problemas"29. Entre sus primeras medidas, se informa que se ha declarado feriado "no pago" al día 12 de octubre.

En la tarde de ese mismo día, Perón le escribe una carta al presidente Farrell manifestándole la injusticia de que es objeto, especialmente porque "si me encuentro detenido a disposición del Poder Ejecutivo, creo tener los derechos elementales que me acuerda la ley". Señala, asimismo, que no sabe de qué se lo acusa y que "hubiese preferido ser fusilado por cuatro viejos montañeses y no pasar por lo que estoy pasando", en jurisdicción militar y peor aún, bajo la custodia de los hombres de la Armada. Además, le solicita a Farrell que acelere su trámite de retiro del Ejército. También le escribe a Eva, carta que lamentablemente no se ha encontrado hasta ahora. Una tercera carta va dirigida a Mercante : "... Me hace mucha gracia que algunos creyeran que yo me iba a escapar. Son unos angelitos pues si lo hubiera querido hacer, tenía diez embajadas con amigos que me hubieran acogido con los brazos abiertos. Ellos olvidan que yo soy un soldado de verdad y que si no hubiera querido entregarme, hubiera sido otro el procedimiento que habría seguido. Con todo, estoy contento de no haber hecho matar un solo hombre por mí y de haber evitado toda violencia. Ahora, he perdido toda posibilidad de seguir evitándolo y tengo mis grandes temores que se produzca allí algo grave... Le encargo mucho a Evita, porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro, me caso y me voy al diablo. Saludo a todos los amigos y en especial al "peronismo"... Querido amigo. Usted es de los excelsos, por eso vivirá amargado pero con una conciencia feliz. La conciencia es la madre del alma, por eso nos adormece con una canción de cuna cuando está pura y limpia"30.

Con respecto a esta declaración de "me caso y me voy al diablo", algunos suponen que fue un momento de agotamiento y de hastío por parte del coronel. Otros, como Fermín Chávez, sostienen que se trata de una maniobra para confundir al enemigo, en conocimiento de que todas sus cartas serían leídas por sus carceleros antes de ser remitidas.

 14 de octubre
"La Epoca" informa que el planteo de los dirigentes políticos de entregar "el gobierno a la Corte" significaría la asunción, como presidente, del Dr. Roberto Repetto, "gran amigo de Robustiano Patrón Costas y de otros fuertes empresarios azucareros del Norte"31. Transcribe, asimismo, una declaración del Comité Centro y Constitución del Partido Comunista: "Por la entrega del poder a la Suprema Corte y un ministerio de conciliación nacional. Pueblo de la Capital: las bandas nazifascistas juntamente con su policía gestapista y con la complicidad del Gral. Avalos, han ametrallado a mansalva al pueblo de Buenos Aires congregado en la Plaza San Martín, en el día de ayer. Numerosos muertos y heridos constituyen el saldo de esta vandálica represión -sin precedentes en la historia argentina- contra toda la ciudadanía que exige la entrega del Gobierno a la Suprema Corte y la constitución de un ministerio de Unidad Nacional, donde estén representados todos los partidos políticos antifascistas, el movimiento obrero independiente, el estudiantado y todos los sectores económicos y sociales, civiles y militares de la Nación que aspiran al retorno inmediato de la normalidad constitucional. No hay solución política actual a espaldas del pueblo. Pueblo argentino: No intimidarse. Salid a la calle y aplastad a los nazis y pistoleros peronianos"32.

Ese mismo día 14, el Gral. Avalos visita a Victorio Codovilla en el Departamento de Policía. Pocas horas antes de que el dirigente stalinista recuperase la libertad, Avalos mantuvo una larga plática con él, de la cual sólo trascendió esta información: "El dirigente comunista habría dicho: - Hemos cometido un error en no haber apoyado antes a este gobierno. Temo que ya sea tarde. Rodolfo Puiggros se refiere a esta entrevista y comenta que, por supuesto, "al decir este gobierno, Codovilla se refería al que representaba Avalos33, es decir, que para el secretario general del Partido Comunista los militares dejaban de ser nazifascistas por el mero hecho de haber detenido a Perón. A su vez, otro dirigente del mismo partido da fe de su vocación "democrática" visitando al otro gran enemigo de Perón, el jefe de la Armada: "Con un grupo de personas- recuerda Rodolfo Ghioldi- fuimos a ver al almirante Vernengo Lima al ministerio y me permití decirle: - Pero, ustedes van a ser derrocados pasado mañana; la policía está en las mismas manos, la policía no deja que los sindicatos hagan asambleas, persigue gente que quiere luchar y salir a la calle, les está metiendo palos y llevándola a los calabozos... Me dijo que estaba equivocado y como yo insistiese, se comprometió a comunicárselo al Gral. Avalos"34.
Mientras, en Martín García, Perón escribe dos cartas. La primera, al Gral. Avalos, donde afirma que "soy todavía un oficial superior del Ejército en actividad y desconozco el delito de que se me acusa... por lo cual solicito quiera servirse ordenar se realicen las diligencias del caso para esclarecer los hechos y de acuerdo a la ley, disponer en consecuencia mi procesamiento o proceder a resolver mi retorno a jurisdicción y libertad, si corresponde"35. La segunda es una nueva carta a Eva, caracterizada por las expresiones cariñosas hacia su compañera. En lo que atañe al aspecto político, afirma: "... Hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro, en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos... ¿ Qué me decís de Farrell y de Avalos? Dos sinvergüenzas con el amigo. Así es la vida...Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos al Chubut los dos....Trataré de ir a Buenos Aires por cualquier medio, de modo que puedes esperar tranquila y cuidarte mucho la salud. Si sale el retiro, nos casamos al día siguiente y si no sale, yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos esta situación de desamparo que tú tienes ahora...Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y se que el tiempo me dará la razón. Empezaré a escribir un libro sobre esto y lo publicaré cuanto antes, veremos entonces quien tiene razón ..."36.

Este proyecto de alejarse de la acción pública- aunque, al mismo tiempo, anuncia su decisión de escribir un libro para continuar la lucha- constituiría, según algunos ensayistas peronistas, un nuevo intento de despistar a quienes revisasen la correspondencia. Sin embargo, parece más razonable entenderlo como una actitud propia de quien se encuentra detenido, traicionado por sus camaradas de armas y cuando aún no se ha producido la reacción popular en su defensa.

A media tarde de ese día 14, llega a Martín García el capitán-médico Miguel Angel Mazza, quien desde hace años atiende la salud de Perón. Mazza le trae la siguiente información, que le envía el coronel Franklin Lucero: "Según Lucero, había que contar con tres generales: Sosa Molina, Solari y Urdapilleta. El Ejército del interior no podía estar con Campo de Mayo... La famosa Escuela de Guerra, termómetro de la reacción en el Ejército, estaba ahora dividida y se balanceaba a favor de Perón"37. Acerca de los obreros, Mazza le informa que "el mayor Estrada estaba en contacto con Alcides Montiel y que se trabajaba secretamente"38. Mazza y Perón conversan extensamente y convienen en plantear -tomando por base unas radiografías de años atrás- que el clima húmedo de la isla daña seriamente su salud, reclamándole a Farrell que disponga su traslado a la Capital.

 15 de octubre
El Dr. Mazza entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón, "lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario"39. Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, Gral. Avalos. El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida. Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el Alte. Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera demasiada buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.

Mientras, el Dr. Juan Alvarez continúa parsimoniosamente sus gestiones dirigidas a constituir el nuevo gabinete. Los diarios recogen versiones de que se recurriría a viejos políticos conservadores, entre otros, Alberto Hueyo, Isidoro Ruiz Moreno, Jorge Figueroa Alcorta y Tomás Amadeo. Por su parte, la embajada norteamericana celebra la detención de Perón: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista"40.

Pero la diplomacia norteamericana se equivoca. "El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios ", recuerda Luis René Villacorta, dirigente de la FOTIA41. Los trabajadores tucumanos del azúcar exigen, además, la reunión del Comité Central Confederal de la C.G.T. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse y al atardecer recorren las calles de esa localidad a los gritos de ¡Viva Perón y la Secretaría de Trabajo!"42. "La Epoca" informa la irritación que cunde en la clase trabajadora, bajo el título, en pág. 2 : "Iniciaron los patrones su ataque a las conquistas sociales".La nota explica que dada la resolución del nuevo Secretario de Trabajo, los empleadores se niegan a abonar el feriado del 12 de octubre y que en algunas fábricas han aparecido carteles, colocados por la patronal en las puertas de acceso, con el siguiente texto: "El 12 de octubre vayan a cobrárselo a Perón"43. Esta actitud provoca incidentes en varias fábricas.

La cúpula de la Central Obrera, atemorizada por la presión que viene desde las bases, visita al Gral. Avalos para solicitarle garantías de que las conquistas sociales no serán derogadas44. También solicitan audiencia al presidente Farrell, para el día siguiente, a fin de asegurarse que sus reclamos serán escuchados y ante los reclamos del interior convocan al Comité Central Conferederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen se declare una huelga general en todo el país.
En la noche del 16, "la policía disuelve una manifestación que daba vivas al coronel Perón en Florida y Corrientes, pleno centro porteño"45. En el Chaco se anuncia paro general... En Avellaneda y Rosario se producen manifestaciones con participación de miles de trabajadores... Paran los obreros ferroviarios de Junín...Huelga en el frigorífico Wilson, de Puente Alsina46.

 16 de octubre
En la mañana, los dirigentes de la CGT visitan al presidente Farrell, al cual participan de su preocupación por la salud del coronel Perón, así como que algunos gremios, en forma parcial, han salido a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres del conservadorismo. El Gral. Avalos intenta tranquilizarlos manifestándole que Perón se halla "protegido" por el Gobierno y al mismo tiempo, emite un comunicado en el que "hacer saber a la población que el coronel Perón no se encuentra detenido"47. Perón, desde su cautiverio, le envía un mensaje a Avalos: "Comunico al señor Ministro que mientras la radio anuncia que no estoy detenido, hace cuatro días que me encuentro detenido e incomunicado y con dos centinelas de vista en la prisión de esta isla"48.
Un hombre de FORJA, Darío Alessandro, testimonia acerca de su encuentro, en esos días, con oficiales de Campo de Mayo que se encuentran replanteando su posición. La oficialidad, de posición nacionalista, ante los rumores de que regresarían al poder los viejos políticos conservadores, manifiestan su disconformidad y sostienen que ellos "al provocar la caída de Perón, no pensaban en replantear la vuelta a la vieja Argentina y menos aún de esa gente de la oligarquía"49. Estos oficiales habrían influído sobre el resto de Campo de Mayo para debilitar el apoyo al Gral. Avalos.

"La Epoca" expresa el cambio de situación que se está produciendo: "Desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego y desde el Atlántico a los Andes, se pide, se clama y se exige la libertad del coronel Perón"50. "Los trabajadores de todo el país se han puesto de pie para reclamar la libertad del coronel Perón"51.

Después del 17: Publicidad callejera de la campaña del Partido Laborista
Al mediodía, el presidente Farrell decide – a propuesta de Vernengo Lima- que los doctores Nicolás Romano- de antigua militancia radical- y José Tobías, acompañados del capitán de corbeta Andrés Tropea y el comisario Rodríguez, viajen a Martín García para establecer el verdadero estado de salud de Perón y decidir acerca de si corresponde o no su traslado a un hospital de Buenos Aires. A media tarde, esas personas parten a cumplir su misión arribando a la isla al anochecer. Aproximadamente a la misma hora, inicia sus deliberaciones el Comité Central Confederal de la CGT en la sede de la Unión Tranviarios. Por su parte, "La Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres"52. En el mismo sentido se expresa la Federación Obrera de la Carne, en manos del stalinismo: "...bandas armadas, extrañas a los obreros de los frigoríficos, encabezadas por Cipriano Reyes, tratan de impedir el ingreso al trabajo. Los trabajadores no deben abandonar sus tareas y deben movilizarse para terminar de una vez con estas maniobras del nazifascismo que atentan contra la libertad, la democracia y el progreso del país"53. A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión"54.

Al llegar la comitiva a Martín García, durante la noche, Perón se niega a ser revisado pues él tiene su médico y ésta ya ha informado al respecto. El capitán Tropea vacila, pero finalmente se comunica con sus superiores. Se produce una situación confusa. Perón afirma que "por orden expresa del presidente, en contra de la decisión del ministro de Marina" se decidió el traslado55. Hacia la medianoche, se realizan los preparativos para conducir al coronel al Hospital Militar. A esa hora ya se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11 , "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora"56.

 17 de octubre
A las 6 horas, Juan Perón ingresa al Hospital Militar. A las 7, en Brasil y Paseo Colón, la policía dispersa alrededor de mil personas que se dirigían hacia la Casa de Gobierno. A las 8 y 30 es disuelta una manifestación en Independencia y Paseo Colón. A las 9hs , por Alsina, hacia el oeste, va una columna estimada en 4000 trabajadores. A las 9 y 30hs es dispersada una concentración reunida frente al Puente Pueyrredón de alrededor de 10.000 personas57. A mitad de mañana, grupos de trabajadores reclaman frente al Hospital Militar, exigiendo ver a Perón. Las radios informan que se está generalizando la huelga, no obstante que la CGT declaró el paro para el día 18. Al mediodía, la policía vuelve a dispersar a grupos de manifestantes que se habían concentrado en Plaza de Mayo. FORJA da una declaración donde sostiene que " en el debate planteado en el seno de la opinión, está perfectamente deslindado el campo entre la oligarquía y el pueblo...y , en consecuencia, expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de sus conquistas sociales"58. Por entonces, el coronel Gemetro le sugiere a Avalos: General, si a esa gente no la para la policía, lo podemos hacer nosotros con unos pocos hombres... -Quédese tranquilo. No va a pasar nada-contesta Avalos. Todo lo que la gente quiere es ver a Perón, saber que está bien. Después, se irán como vinieron"59.

Después del mediodía, la policía modifica su actitud frente a los manifestantes. "La crisis del poder liberó los sentimientos de los agentes de la tropa -afirma Perelman- muchos de ellos provincianos y con bajos sueldos... Los vigilantes se declararon peronistas"60. Esto es verdad, pero también es cierto que un amigo de Perón, el coronel Filomeno Velazco, controla ya la planta baja del Departamento de Policía y da órdenes a los agentes.

A las 15 y 30, un grupo de sindicalistas mantiene una reunión con Perón en el Hospital Militar. En las primeras horas de la tarde, varias columnas confluyen, en Avellaneda, ante el puente. "Era una muchedumbre de 50.000 personas -sostiene Cipriano Reyes-... Minutos después, las pasarelas del puente comenzaron a bajar y la muchedumbre se lanzó para pasar al otro lado"61.

"Nosotros no participamos del 17 de octubre -recuerda un dirigente gremial del Partido Comunista-. Los metalúrgicos que nosotros controlábamos trabajaron el 17 de octubre. No lo entendimos, no seguimos a la masa y nos costó muy caro"62. Un periodista afirma que a las 13 hs. "el ministerio de marina rechaza un ofrecimiento de dirigentes comunistas para que obreros armados, de esa tendencia, enfrenten a los trabajadores peronistas"63. "Yo estaba avergonzado e indignado Eso es, indignado y avergonzado", recuerda Jorge Luis Borges64.

Han pasado ya las 16 horas cuando, ante el crecimiento de la concentración popular, el presidente Farrell envía a algunas personas de su confianza para conversar con Perón y encontrar una salida a la crisis. Así, el brigadier Bartolomé de la Colina y el Gral. Pistarini conversan con Armando Antille, radical irigoyenista que viene colaborando en las tareas de acercamiento. En un piso alto del Hospital Militar, el coronel, en pijama, recibe información de lo que ocurre y espera el desarrollo de los acontecimientos. "Estábamos allí- recuerda Franklin Lucero- sus amigos de las buenas y malas horas..."65. "Las llamadas desde la Casa de Gobierno se sucedían. Farrell quería calmar a la muchedumbre. En determinado momento, Perón me preguntó: - ¿Hay mucha gente? Realmente, ¿hay mucha gente, che?... Nunca me había tuteado. Pero su creciente entusiasmo, se comenzaba a apreciar en su cambio físico y espiritual"66. Mientras, en la plaza de Mayo, el Gral. Avalos intenta infructuosamente dirigirse a los trabajadores. La respuesta de la plaza es contundente: "Queremos a Perón"67.


"Se hacía evidente que el gobierno quería parlamentar- testimonia el capitán Russo. Recuerdo que entonces Perón me dijo textualmente: - Ha llegado el momento de aprovechar la debilidad del enemigo"68. Poco después, se conviene que el Gral. Avalos se traslade al Hospital Militar, para conversar con Perón. "Avalos me expresó - recuerda Perón- sus deseos de que yo hablara al pueblo para calmarlo e instarlo a que se retirara de la plaza de Mayo"69. De esta conversación surge la conveniencia de una reunión Farrell- Perón. Mientras tanto, en la Casa Rosada, Vernengo Lima presiona a Farrell para disolver la concentración apelando a la fuerza militar: "Usted está cometiendo un grave error. Esto hay que disolverlo a balazos y va a ser difícil, hay mucha gente"70. El presidente se niega a recurrir a la represión: "El ministro de Marina insiste, explicando que las ametralladores están en el techo: Si tiramos al aire, se van a ir....Pero el Presidente se mantiene inconmovible: -No, señor. No se hace ningún disparo. La gente puede morir por el pánico. Yo no autorizo nada71.

Los diarios de la tarde informan acerca de la situación, desde su perspectiva reaccionaria: "Numerosos grupos, en abierta rebeldía- según "La Razón"- paralizaron en la zona sur los tranportes y obligaron a cerrar fábricas, uniéndose luego en manifestación"72. Acompaña la noticia con una declaración del Partido Comunista de la Provincia de Buenos Aires donde se denuncian "los desmanes de elementos peronistas de Cipriano Reyes y demás aventureros a sueldo de la Secretaría de Trabajo que en bandas armadas han ido provocando a la población y obligando a los obreros a hacer abandono de sus trabajos. Tales hechos han sido denunciados al ministro del Interior Gral. Avalos por este comité"73. "Crítica", por su parte, aparece con grandes titulares: "Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población... En varias zonas de Buenos aires, los grupos peronianos cometieron sabotaje y desmanes"74. Los periódicos informan, además, que el Dr. Juan Alvarez ha visitado la Casa de Gobierno con el listado de los hombres de doble apellido que conformarían el nuevo gabinete.

Desde el Hospital Militar, Perón se aviene a conversar con Farrell pero, pone condiciones: "Primero, que Vernengo Lima se mande a mudar, segundo, que la Jefatura de Policía la ocupe Velazco, tercero, que lo busquen a Pantín y lo pongan al frente de las fuerzas de mar y que Lucero se haga cargo del Ministerio de Guerra. Además, hay que traer inmediatamente a Urdapilleta, que está en Salta, para que se haga cargo del ministerio del interior. Esas son mis condiciones"75.

Rato después, Farrell y Perón conversan en la residencia presidencial. "Me dijo Farrell:- Bueno, Perón, ¿qué pasa?. Yo le contesté: Mi General, lo que hay que hacer es llamar a elecciones de una vez. ¿Que están esperando? Convocar a elecciones y que las fuerzas políticas se lancen a la lucha... -Esto está listo, me contestó y no va a haber problemas. -Bueno, le dije:- Entonces, me voy a mi casa. -

No, déjese de joder, me dijo y me agarró de la mano: Esa gente está exacerbada , nos van a quemar la Casa de Gobierno!76.

Aproximadamente a las 23 horas, Farrell y Perón ingresan a la Casa Rosada. -Venga, hable, me dijo Farrell, recuerda Perón. Minutos después, el coronel ingresa al balcón y se abre ante su mirada un espectáculo majestuoso mientras una ovación atronadora saluda su presencia. En la noche de Buenos Aires, una inmensa muchedumbre, que algunos estiman en trescientos mil , otros en quinientos mil y el diario "La Epoca" en un millón de personas, vibra coreando su nombre: ¡Perón! Perón. Los diarios encendido a manera de antorchas resplandecen sobre la negrura nocturna celebrando la victoria popular . Alguien alcanza una bandera hasta el balcón: es una bandera argentina que lleva atada una camisa. El coronel la toma y la hace flamear de un lado a otro, ante la algarabía popular. ¡Ar-gen-ti-na! ¡Ar-gen-ti-na!. Farrell y Perón se abrazan, produciendo un nuevo estallido de júbilo popular. El presidente intenta vanamente dirigirse a los manifestantes, pero el impresionante griterío no se lo permite. Finalmente, pronuncia unas pocas palabras para comunicar que el gobierno no será entregado a la Corte Suprema, que ha renunciado todo el gabinete, que el coronel Mercante será designado Secretario de Trabajo y Previsión y que "otra vez está junto a ustedes el hombre que por su dedicación y empeño ha sabido ganar el corazón de todos: el Coronel Perón"77.

El coronel, profundamente conmovido, se acerca al micrófono. "¡Imagínese -recordará años después- ni sabía lo que iba a decir... Tuve que pedir que cantaran el himno para poder armar un poco las ideas"78. Concluido el himno nacional, el coronel se dirige a la multitud: "Trabajadores. Hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: ¡la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino!. Una larga ovación interrumpe el discurso. El coronel comunica al pueblo que ha sido firmada su solicitud de retiro y que esa renuncia a su carrera militar la ha dispuesto "para ponerme al servicio integral del auténtico pueblo argentino.... Muchas veces me dijeron que ese pueblo por el que yo sacrificaba mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien no lo traiciona. Por eso, quiero, en esta oportunidad, como simple ciudadano, mezclado en esta masa sudorosa, estrechar profundamente a todos contra mi corazón, como lo podría hacer con mi madre...". Su discurso resulta interrumpido , varias veces, por la pregunta que inquieta al pueblo: ¿dónde estuvo? Pero él prefiere no contestar y finalmente le pide al pueblo: "No me pregunten ni me recuerden cuestiones que yo ya he olvidado. No quiero empañar este acto con ningún mal recuerdo." Luego afirma: "...Ha llegado el momento del consejo. Trabajadores: únanse, sean hoy más hermanos que nunca ...Y les pido que realicen el día de paro festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza más pura y más cara de la patria". Desde el gentío, surge la ocurrencia: ¡Mañana es San Perón! ¡Mañana es San Perón!. Finalmente, el coronel afirma: "...Al abandonar esta magnífica asamblea, háganlo con mucho cuidado... Tengan presente, que necesito un descanso que me tomaré en Chubut para reponer fuerzas y volver a luchar, codo a codo con ustedes, hasta quedar exhausto, si es preciso... Y ahora, para compensar los días de sufrimiento que he vivido, quiero pedirles que se queden en esta plaza, quince minutos más , para llevar en mi retina el espectáculo grandioso que ofrece el pueblo desde aquí"79.

Rato después, la imponente concentración se dispersa lentamente. Los trabajadores fabriles han irrumpido tumultuosamente en la historia argentina y han liberado al coronel, quebrando el poder de la oligarquía.

Al mismo tiempo que la presencia popular en la plaza definía la puja por el poder, el ala nacional del Ejército había cumplido un rol importantísimo. El coronel Filomeno Velazco había logrado controlar la Policía Federal, lo que explica la libertad de movimientos otorgada a los agentes. También el coronel Carlos Mujica se apoderó del regimiento 3 de infantería. Hacia la noche, Pistarini y Lucero tomaron el ministerio de Guerra, mientas Estrada y Mercante se ubicaban en la Secretaría de Trabajo.

En el interior del país, importantes concentraciones de trabajadores- especialmente en Rosario,. Tucumán, Córdoba y Mendoza- se dispersan en orden con la alegría del triunfo. Así ocurre también en Buenos Aires, pero el odio riega de sangre las primeras horas del día 18: una manifestación peronista es tiroteada desde adentro del diario "Crítica", provocando la muerte de Darwin Passaponti y Francisco Ramos.
Un nuevo ciclo histórico se inicia en la Argentina.

Fuente: http://www.elortiba.org/171045.html

01 Discurso de Peron el 17 de Octubre 1945



CUANTO FALTA PARA LA REELECCION DE CRISTINA