domingo, 13 de noviembre de 2011

13 de noviembre – Día del Pensamiento Nacional


Un pequeño homenaje para el gran Arturo Jauretche.
Por Diego M.González

Oligarca. Medio pelo. Tilingo. Palabras que parecen tan de ahora, pero que fueron acuñados hace más de 50 años por un pensador cuyos análisis de la sociedad argentina siguen tan vigentes como su vocabulario. Pero como en los cierres de redacción de cualquier diario, llegamos al deadline (palabra que Arturo la denostaría) con la lengua afuera. Por eso la urgencia: que el tiempo no nos impida rendir este humilde homenaje al gran Arturo Jauretche.

Este descendiente de vascos nació en esta misma fecha pero en el año 1901 y murió en 1974. Creyente fervoroso de los movimientos de masas populares, fue un defensor acérrimo de las ideas de Yrigoyen y Perón, sin ser obsecuente ni verticalista sino independiente y con mirada crítica sobre los mismos. Militante empedernido de las cuestiones nacionales, escribió una larga lista de libros imperdibles, en especial sus clásicos El medio pelo en la sociedad argentina, Los profetas del odio y Manual de Zonceras Argentinas. Mezcla de político, sociólogo y filósofo de la calle, Jauretche es, como Raúl Scalabrini Ortiz, una de las mentes mas brillantes que ha dado a luz esta nación.

Además de popularizar expresiones como cipayo, vendepatria y la trinidad citada arriba, introdujo los términos colonización pedagógica y superestructura cultural, entre otros.
Sus ideas fueron de una claridad tal, que hoy cobran una total actualidad y sobre todo, una incuestionable vigencia.

Para muestra, unas breves transcripciones sobre su visión acerca de distintas cuestiones:

Sobre medios de comunicación
“…creen que la libertad de prensa es de los que tienen millones de pesos para disponer, con exclusividad, del espacio periodístico para injuriar. Y que los que no tienen millones no puedan contar con los espacios periodísticos para defenderse. Así, la libertad de prensa es una libertad para millonarios…”
“…linda libertad de prensa, ese monopolio de la injuria, de la información deformada, de la doctrina extranjerizante, del juicio malicioso, que bajo el denominador común de ‘libertad de prensa’ le cerró el camino al auténtico pensamiento popular que ha tenido que defenderse por la transmisión del boca a boca, por el panfleto, por el volante y por el periódico precario...”
“…el periódico depende, en cuanto es empresa poderosa, en primer término, del grupo financiero dueño de su capital, en segundo término de los avisadores y en su conjunto, de la estructura económica que domina, dirige y orienta la estructura social y política vigente en el país que aparece…”

Sobre la clase media

“…el medio pelo es un sector social que no es ni la oligarquía ni la aristocracia. Es el sector del ‘quiero y no puedo’. Esta pobre gente que gasta la mitad de sus entradas de dinero en gastos de representación. Es un drama terrible, desde aquí, hasta San Isidro…drama espantoso de gente que manda a los chicos a colegios pagos, tiene automóvil y para comer le queda poco. Entonces les da rabia porque los obreros comen mucho porque no tiene otros gastos. Les da rabia porque los burgueses gastan y tienen plata y les da rabia porque la aristocracia no les da bolilla…”

“…¿cómo distinguir a un tilingo? En una mesa de café hablan de fútbol, de carreras, de política, de economía y cuando tocan estos últimos temas, nunca falta, entre ellos, quien diga: ‘lo que pasa es que los obreros no producen’. Ahí está el tilingo…éstos representantes de la tilinguería son los que, ante la menor dificultad, califican al país: este país de m…., colocándose fuera del mismo, a los efectos de la adjetivación. Y la verdad es que el país lo único que tiene de eso, son ellos: los tilingos…En la medida que el tilingo asciende socialmente, pierde conciencia de su propia realidad, olvida sus orígenes proletarios y de bajos recursos, se queda en medio pelo y , en consecuencia, lamentándose e imitando a la clase alta…”.


Sobre el campo


“( acerca de la frase de moda en los círculos antipopulares: ‘el obrero no produce’)…Este fenómeno no es puramente urbano, porque ocurre en gran parte del campo argentino. ¡Cuántos estancieros no son mas que meros rentistas, ya tengan sus propiedades arrendadas o las exploten directamente desde sus cómodos domicilios de Bs.As.! Porque no se puede hablar de productores agrarios cuando se habla de un señor que tiene mil o dos mil hectáreas de campo, con su ganado y visita su campo una vez cada quince días, echa un vistazo y se vuelve a Bs.As., donde, con la producción de ese campo, tiene un lujoso departamento en la calle Juncal o Arroyo, tiene automóviles y mantiene su casa, a sus padres, al propio matrimonio y varios hijos, sirvientes, escuela paga y largos veraneos. La verdad es que este señor trabaja muy poco y que toda la estructura económica en que reposa se construye sobre el trabajo de dos o tres peones, de preferencia solteros, por cada mil hectáreas de campo…”.
Sobre la mirada hacia América.

“…Hoy, donde la intelligentzia ve demolición, en realidad hay construcción. El color americano que el cabecita negra llevó a las calles de Buenos Aires es la reconquista, para América, del país europeizado y que anda en la búsqueda de su propio rostro. Hubo un mapa de la vida en los tiempos de la Independencia. Y hay un nuevo mapa de la vida que ese está dibujando en esta independencia nueva que integrará a aquella, pero su contorno sólo pueden dibujarlo quienes se liberen de la Argentina-Europa y empiecen a pensar en Argentina- América…El conflicto entre los que ven la crisis argentina como una crisis de decadencia y los que la vemos como una crisis de crecimiento, consiste en que nosotros vemos definirse el rostro americano del país, donde ellos – la intelligentzia- ven disolverse la máscara europea…”.

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