POR JORGE GILES
El Cordobazo de Cristina
03-11-2010 / La presidenta estuvo ayer en Santa Isabel, Córdoba, el lugar donde se gestó un capítulo esencial de la épica popular contemporánea: el Cordobazo.
La presidenta estuvo ayer en Santa Isabel, Córdoba, el lugar donde se gestó un capítulo esencial de la épica popular contemporánea: el Cordobazo.
Desde allí partieron las columnas de trabajadores encabezados por Agustín Tosco y Atilio López aquel 29 de mayo de 1969 enfrentando a la dictadura, luchando contra el cierre de fábricas y por un país más libre y más justo.
Rodolfo Walsh escribió en aquel entonces: "Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo…"
Que así sea esta vez, querido Rodolfo.
Vaya con la paradoja: una militante de los setenta es hoy la presidenta de los argentinos, ensanchando la producción y el empleo en la cuna misma de aquella gesta.
Los miles de trabajadores que la recibieron, acunaron su dolor y le hicieron saber que también era su propio dolor.
Por eso la memoria de Néstor Kirchner anduvo caminando entre todos ellos.
A una semana de su fallecimiento, la tristeza se resiste a partir del todo de las calles del pueblo.
Está en las pintadas con brocha gorda en las paredes, en el abrazo dolido de los que se encuentran nuevamente en la vereda, en el subte o en el colectivo. En el aula, en la fábrica o en la oficina diaria.
Toda sonrisa es necesariamente triste en estos días. Pero todos saben, sabemos, que hay que seguir avanzando.
La presidenta está marcando el rumbo desde el timón político del Estado.
Se dobla de dolor, pero no duda en cumplir con su compromiso ante el pueblo.
Y si Cristina puede, nadie puede menos que ella.
Hay un gobierno cohesionado, sólido, unido, capaz de cumplir con todas y cada una de las tareas que le imponga la hora.
Es obra de Néstor y Cristina después, tener un gabinete hecho a medida del proyecto político del país.
En la antigüedad, antes del 25 de Mayo de 2003, los ministros eran nombrados en las usinas del poder económico, religioso, mediático y no faltaban incluso, los que representaban a una embajada importante.
Eso se terminó. Con este modelo manda la política y tiene su domicilio en la Casa Rosada.
Por eso lloran los hombres de gobierno, porque son funcionarios pero antes son militantes políticos de un proyecto de país.
El bloque legislativo del Frente para la Victoria hará hoy un homenaje a Néstor Kirchner en el Congreso de la Nación. La oposición finalmente parece que aceptó, pero la sola voluntad de rendirle homenaje al hombre que le devolvió el sentido a la política, es decir a todos los políticos que se precien de tal, puso de manifiesto la estatura miserable de algunos opositores.
¿Sabe lo que dijeron?
Que había que hacer una ceremonia muy breve para seguir con el temario de la oposición. Que una cosa no tiene que ver con la otra. Que si quieren homenajearlo a Kirchner lo hagan en un local partidario. Que el enfrentamiento opositor contra el gobierno debía seguir como antes del día más triste que sufrió este pueblo en décadas.
Hace tiempo que advertimos que es esta una oposición sin políticas constructivas pero quizás no sabíamos el porqué de tanta agresividad.
Ahora lo sabemos: han perdido el alma.
¿No se conmovieron con los hombres y las mujeres del pueblo que desfilaron su desgarrado dolor en el último adiós a Néstor Kirchner hace un puñado de días?
¿No piensan cambiar tanta crispación o dirigirla hacia los poderosos en lugar de hacerlo contra el pueblo?
¿No les merece un poco de respeto esa juventud que emerge de la desesperanza para sumarse al compromiso con los intereses de los más débiles de la sociedad?
La rebeldía del Cordobazo está en la Presidenta y en el modelo de país que ella representa.
Desde esa rebeldía, hoy como ayer, deberá venir la digna respuesta a los que sólo se regodean en el odio
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