Muestran una escasa sensibilidad social en la cobertura del conflicto
Publicado el 14 de Diciembre de 2010
El conflicto desatado en Soldati volvió ayer a ocupar los espacios centrales de los matutinos, que con distinto criterio jerarquizaron la información “nueva” que se produjo el domingo: el plan de viviendas que elaboraba el gobierno nacional, el censo a los ocupantes del Parque Indoamericano, el control que siguió llevando a cabo Gendarmería y los incidentes de violencia registrados entre vecinos de la zona y la Prefectura.
Clarín y La Nación decidieron llevar este último tema a sus títulos de tapa. “La violencia volvió a Soldati y hubo choques de vecinos con la Prefectura”, marcó Clarín, mientas que La Nación salió a la calle con un enunciado muy similar: “Volvió la violencia a Soldati y hoy retoman la negociación.”
“Alrededor de las 17, los autos que bajaban de la autopista Dellepiane hacia avenida Escalada para acercarse a la zona del Parque no podía pasar porque un grupo de jóvenes había tirado sobre la calzada dos baños químicos a manera de piquete. Más adelante, otro grupo de gente quemaba neumáticos, y se escuchaban insultos para los efectivos de Prefectura, a quienes algunos vecinos acusaban de proteger ‘a los bolivianos okupas’ y no a los vecinos de Soldati y Lugano”, relató Clarín. “Hubo muchos jóvenes, presumiblemente organizados. Tiraron piedras y bombas molotov. Es que los vecinos están enardecidos, no quieren que la negociación se prolongue. Quieren que desalojen el predio ya”, citó luego la nota a “una fuente del gobierno porteño presente en la zona”.
En otro artículo, el matutino describió a los vecinos “rumiando su bronca”: “Ahora les van a dar las tierras y subsidios, seguro. Yo no puedo comprar ni un yogurt y ellos, que son bolivianos, tienen de todo. Después los malos somos nosotros”, fue el testimonio de una vecina jubilada.
En cuanto a la propuesta del gobierno nacional para dar créditos para construcción, Clarín señaló que “la locura de violencia descontrolada de pobres contra pobres forzó a Cristina Kirchner a un giro completo en su estrategia frente al conflicto de Villa Soldati”. “Como sea –agregó– desde la actitud inicial de desentenderse del conflicto, responsabilizar a Mauricio Macri, y esperar a que el gobierno de la ciudad solucionara el entuerto, la presidenta viró al final de la semana pasada hacia la creación de emergencia del Ministerio de Seguridad, el envío de la Gendarmería y la Prefectura para pacificar el lugar y ahora hacia la búsqueda de una respuesta propia para los reclamos de vivienda.”
De todas formas, desde sus artículos de análisis el diario continuó hablando de “falta de respuestas efectivas” y equiparando la situación del gobierno porteño con el Ejecutivo Nacional.
La Nación calificó como una jugada “riesgosa” el hecho de que “el Gobierno pone el eje en la seguridad”, y publicó además una nota de análisis firmada por Carlos Pagni en la que el periodista criticó con dureza “la creencia de que la acción directa es el método más eficiente para satisfacer las demandas sociales”.“El asentamiento en el Indoamericano pertenece a la familia de los cacerolazos urbanos, los cortes de ruta rurales, la obstrucción del puente de Gualeguaychú, las tomas de los colegios porteños y los bloqueos de los camioneros a las empresas proveedoras de carga. No es por azar que el sindicalista más poderoso del país sea alguien capacitado para descontrolar la calle”, agregó.
Ámbito Financiero fue más allá en su identificación con el reclamo de los vecinos enardecidos al instalar un “Previsible triunfo okupa en lugano”. “Ganaron los intrusos que se impusieron a dos gobiernos que no encontraron forma de resistir a su fuerza. Se quedaron adentro y ahora los están censando para darles dinero que es de todos a cambio de que desalojen pacíficamente una plaza que también es de todos”, informó a sus lectores.
Con un criterio (por supuesto) bien diferente, Eduardo Aliverti escribió en Página/12 que, a pesar de que el rumbo macro es correcto, “las deudas inclusivas todavía son importantes”. “Lo principal está ahí –añadió– en que son cientos de miles sin techo, y que debe dárseles satisfacción de algún modo.”
Clarín y La Nación decidieron llevar este último tema a sus títulos de tapa. “La violencia volvió a Soldati y hubo choques de vecinos con la Prefectura”, marcó Clarín, mientas que La Nación salió a la calle con un enunciado muy similar: “Volvió la violencia a Soldati y hoy retoman la negociación.”
“Alrededor de las 17, los autos que bajaban de la autopista Dellepiane hacia avenida Escalada para acercarse a la zona del Parque no podía pasar porque un grupo de jóvenes había tirado sobre la calzada dos baños químicos a manera de piquete. Más adelante, otro grupo de gente quemaba neumáticos, y se escuchaban insultos para los efectivos de Prefectura, a quienes algunos vecinos acusaban de proteger ‘a los bolivianos okupas’ y no a los vecinos de Soldati y Lugano”, relató Clarín. “Hubo muchos jóvenes, presumiblemente organizados. Tiraron piedras y bombas molotov. Es que los vecinos están enardecidos, no quieren que la negociación se prolongue. Quieren que desalojen el predio ya”, citó luego la nota a “una fuente del gobierno porteño presente en la zona”.
En otro artículo, el matutino describió a los vecinos “rumiando su bronca”: “Ahora les van a dar las tierras y subsidios, seguro. Yo no puedo comprar ni un yogurt y ellos, que son bolivianos, tienen de todo. Después los malos somos nosotros”, fue el testimonio de una vecina jubilada.
En cuanto a la propuesta del gobierno nacional para dar créditos para construcción, Clarín señaló que “la locura de violencia descontrolada de pobres contra pobres forzó a Cristina Kirchner a un giro completo en su estrategia frente al conflicto de Villa Soldati”. “Como sea –agregó– desde la actitud inicial de desentenderse del conflicto, responsabilizar a Mauricio Macri, y esperar a que el gobierno de la ciudad solucionara el entuerto, la presidenta viró al final de la semana pasada hacia la creación de emergencia del Ministerio de Seguridad, el envío de la Gendarmería y la Prefectura para pacificar el lugar y ahora hacia la búsqueda de una respuesta propia para los reclamos de vivienda.”
De todas formas, desde sus artículos de análisis el diario continuó hablando de “falta de respuestas efectivas” y equiparando la situación del gobierno porteño con el Ejecutivo Nacional.
La Nación calificó como una jugada “riesgosa” el hecho de que “el Gobierno pone el eje en la seguridad”, y publicó además una nota de análisis firmada por Carlos Pagni en la que el periodista criticó con dureza “la creencia de que la acción directa es el método más eficiente para satisfacer las demandas sociales”.“El asentamiento en el Indoamericano pertenece a la familia de los cacerolazos urbanos, los cortes de ruta rurales, la obstrucción del puente de Gualeguaychú, las tomas de los colegios porteños y los bloqueos de los camioneros a las empresas proveedoras de carga. No es por azar que el sindicalista más poderoso del país sea alguien capacitado para descontrolar la calle”, agregó.
Ámbito Financiero fue más allá en su identificación con el reclamo de los vecinos enardecidos al instalar un “Previsible triunfo okupa en lugano”. “Ganaron los intrusos que se impusieron a dos gobiernos que no encontraron forma de resistir a su fuerza. Se quedaron adentro y ahora los están censando para darles dinero que es de todos a cambio de que desalojen pacíficamente una plaza que también es de todos”, informó a sus lectores.
Con un criterio (por supuesto) bien diferente, Eduardo Aliverti escribió en Página/12 que, a pesar de que el rumbo macro es correcto, “las deudas inclusivas todavía son importantes”. “Lo principal está ahí –añadió– en que son cientos de miles sin techo, y que debe dárseles satisfacción de algún modo.”
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