PENSAR QUE DURANTE EL MENEMISMO ERA "PROGRE", ES UNA GORILA FUNCIONAL A LOS GRANDES GRUPOS ECONOMICOS, OLIGARCAS DE LA DERECHA MAS RANCIA DE NUESTRO PAIS.
Beatriz Sarlo: el Tero de la derecha
POR GERARDO FERNÁNDEZ
Si el gobierno propone la renuncia voluntaria al subsidio dicen que debería ponerse los pantalones largos e imponer su quita lisa y llana pagando los costos que hubiere que pagar.
Si lo hubiera hecho así seguro lo tildaban de autoritario y hubieran reclamado un tratamiento más gradual.
Si renunciás ahora a recibir el subsidio te espetan que deberías haberlo hecho antes, cuando es sabido que no había una normativa que lo posibilitara. Beatriz Sarlo, por ejemplo, nos corre por izquierda hablando de “Una kermesse de almas bellas”. Claro, si mañana instauráramos el socialismo esta señora nos exigiría ya mismo la eliminación del Estado para efectivizar aquella máxima postrera del Manifiesto Comunista que versa.
“De cada cual según su necesidad, a cada cual según su capacidad”
Siempre es cómodo correr por izquierda a un gobierno, entre otras cosas porque se cuenta con al menos dos salidas y generalmente no se exige un posicionamiento en un lugar concreto, más allá de apelaciones grandilocuentes a favor de las reivindicaciones históricas de los desposeídos.
No es lo que se dice sino quién lo dice y desde dónde se lo dice. La corrida por izquierda financiada y amplificada por el dispositivo mediático más reaccionario del país hace ruido, indudablemente. Es cierto, no obstante, que los kirchneristas somos especialistas en hacer barullo con asuntos tales como esto de la renuncia a los subsidios. Es cierto que todos los que renuncian saben que más tarde o más temprano se los van a quitar. El kirchnerismo es así: suele irse de mambo haciendo un mundo por cuestiones que en el fondo no son tan importantes porque como es sabido lo importante y lo trascendente siempre lo proponen otros.
Lo importante no es el 54 % que votó a Cristina Fernández de Kirchner. Acá lo que verdaderamente importa es el 46 % que se diseminó en pequeñas asociaciones electorales de ocasión. Lo importante no son los millones que recuperaron el trabajo sino el 7% que aún no lo tiene; lo importante no es la Asignación Universal llegando a millones de pibes sino los que aún no la reciben; lo importante no es que llegue el agua a comunidades que están a un hora del centro de la ciudad sino las que aún no cuentan con ese servicio básico.
Pero como en todo, hay dos formas de pararse ante lo que falta: Una es desde el reconocimiento honesto de que estamos reconstruyendo un país hecho trizas y la otra es minimizar de manera bien necia lo realizado y aturdir con lo que falta usando para ello nada menos que los amplificadores de los mismos emporios periodísticos que apoyaron el terrorismo de estado, la desaparición forzada de personas y luego sistemáticamente utilizaron las crisis para obtener nuevas ventajas. Esto es lo que impugna ciertas críticas y da olor a leche en mal estado.
Esa idea de que las cosas buenas pasan porque tenían que pasar y esa postura de que si la gestión la hubieran hecho otros por ahí habría dado mejores resultados es en apariencia muy fresca y muy progresista pero en su raíz es estructuralmente funcional a los sectores que abogan por mantener los parámetros de la Argentina de la convertibilidad.
Esa idea de que las cosas buenas pasan porque tenían que pasar y esa postura de que si la gestión la hubieran hecho otros por ahí habría dado mejores resultados es en apariencia muy fresca y muy progresista pero en su raíz es estructuralmente funcional a los sectores que abogan por mantener los parámetros de la Argentina de la convertibilidad.
De última son más honestos los Mariano Grondona y cuadros por el estilo que estos teros opinativos que gritan siempre para el lado de los pobres pero terminan empollando en el diario La Nacion..
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