Los disidentes están llenos de disidencias
Dentro del peronismo anti K hay dos grupos: uno intransigente con el Gobierno, integrado por Duhalde, Romero, Puerta y los Rodríguez Saá, y otro que quiere cambiar de estrategia y reúne a Solá, Das Neves y De Narváez. El ex Fórmula 1 piensa en Santa Fe.
Carlos Reutemann dejó una vez más descolocados a sus socios y hace planes para Santa Fe.
Por Nicolás Lantos
La renuncia de Carlos Reutemann a la mesa coordinadora del Peronismo Federal dejó al descubierto el movimiento de piezas interno y los dos bandos que pelean por el control del espacio de cara a las elecciones del año que viene. El gobernador de San Luis y precandidato presidencial, Alberto Rodríguez Saá, habló de “halcones y palomas”: un grupo más intransigente, el que manejó hasta ahora los hilos del espacio a través de la mesa coordinadora, por un lado, y otro “renovador”, que observa que la estrategia actual los está dejando afuera de la discusión grande a menos de un año de los comicios y quiere dar un volantazo. El primero está encabezado por Eduardo Duhalde, y junto a él revistan Ramón Puerta, Juan Carlos Romero y los hermanos Rodríguez Saá. En la vereda de enfrente se paran Felipe Solá, Mario Das Neves y Francisco De Narváez: si no pueden hacerse con la toma de decisiones, abandonarán la sigla para armar algo por afuera. Mientras tanto, el ex automovilista esconde sus cartas y negocia con el oficialismo la unidad del PJ santafesino.
“El peronismo está fenómeno, el problema son sus dirigentes.” La frase pertenece a un operador bonaerense de Solá y demuestra el fastidio que sienten en el entorno del diputado con el rumbo político que decidió la cúpula del peronismo disidente, a quienes responsabilizan del alejamiento de Reutemann. Ayer, un día después de la renuncia del santafesino, tanto Das Neves como De Narváez se alejaron también a su manera de la mesa coordinadora. “El entendió que no era el momento y pidió prudencia, de la misma manera que pedimos nosotros con Felipe Solá”, marcó distancia el gobernador chubutense, si bien no se privó de recriminarle al ex automovilista que “el procedimiento no fue el correcto”, por haber hecho público su alejamiento a través de los medios.
De Narváez, que desde hace meses alienta una candidatura presidencial de Reutemann que le dé cobijo a su intento por la gobernación bonaerense, se mostró incondicional: “Comparto la visión de Lole. Hay peronistas como nosotros que coincidimos en la necesidad de renovar al justicialismo –aseguró–. Hay algunos dirigentes que todavía necesitan de la confrontación permanente y otros como nosotros que tenemos un proyecto para una Argentina unida y en paz”. Más allá de sus intenciones, ellos advirtieron que la estrategia de chocar en todo con el Gobierno no les está trayendo buenos frutos (no superan el 10 por ciento de intención de voto en la mayoría de las encuestas que se difundieron en los últimos meses) y que, a menos de un año de los comicios, el margen para pegar un volantazo es cada vez menor.
En el entorno de Solá (el primero en marcar distancias con ciertas actitudes de ese espacio) quieren esperar a que se calmen las aguas para tomar una decisión. El plan A es forzar un cambio de manos en la toma de decisiones del espacio disidente. “El Peronismo Federal que quiere la gente se parece más a Reutemann, Solá y De Narváez que a gente como Duhalde o Rodríguez Saá –analiza un hombre del riñón felipista en diálogo con Página/12–. Ellos se acoplaron a los que ganamos el año pasado: antes no estaban.” En caso de que el intento no prospere, “es probable que se abra un espacio donde puedan converger parte de todos”, tratando de atraer tanto peronistas K y no K como revivir las negociaciones con la Coalición Cívica. En este escenario, un acercamiento al oficialismo, como el que se venía comentando en los últimos días, parece más complicado, “pero tampoco hay que descartar nada de eso”, advirtió el felipista.
Sin embargo, la principal incógnita sigue siendo dónde se va a posicionar Reutemann tras su alejamiento de la conducción de los disidentes. El santafesino tomó la decisión de abrirse para allanar las negociaciones hacia el seno del PJ santafesino, que está “en tiempo de descuento” para cerrar un armado que pueda arrebatarle la gobernación al Frente Cívico de socialistas y radicales. Pero eso no dice nada sobre cuál será su juego en las nacionales. Luego de la ruptura con la mesa coordinadora, desde allí se alentó la versión de que el ex automovilista abandonaba ese ámbito, del que forman parte aquellos que no tienen expectativas presidenciales, justamente para preparar su lanzamiento. Sin embargo, Reutemann siempre negó su interés en postularse y nada indica que haya revisado esa posición, aseguran cerca suyo.
De Narváez, Das Neves y Solá, en tanto, esperan que, una vez cerrados los acuerdos en Santa Fe, el senador vuelva a tomar un rol coordinador en el armado que están preparando, por adentro o por afuera del sello Peronismo Federal. Desde su entorno advierten que no hay que dar “nada por sentado”. Incluso alguien que trabajó a su lado durante muchos años dejó abierta la puerta a un acercamiento con el oficialismo. “El ha leído bien el tema del impacto de la muerte de Kirchner y la construcción política que salió a la luz en esas circunstancias, porque antes estaba oculta por un sector de la prensa”, analizó, ante la consulta este diario. Si bien es casi imposible que Reutemann se encolumne abiertamente con la presidenta Cristina Fernández, no sería extraño que el ex automovilista, tras dar un paso al costado de la conducción del Peronismo Federal, modifique o baje el tono a su discurso opositor (que había tenido puntos muy fuertes el año pasado) y se dedique a acompañar, desde un segundo plano, al kirchnerismo.
“Después de todo –recuerdan cerca suyo–, durante todo el gobierno de Néstor y el principio del de Cristina estuvimos en el bloque oficialista.” Un legislador que lo conoce muy bien definió la situación en pocas palabras: “Reutemann es un hombre de números y un peronista. Los números del país son muy buenos, todo indica que seguirán mejorando. Hace rato venía hablando de esto y la muerte de Kirchner le hizo replantear su posición. Además, el gobierno de Cristina Fernández es, después de todo, un gobierno peronista. Y él sabe muy bien que el adversario está en otro lado”.
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