viernes, 1 de julio de 2011

TE CUENTO PORQUE SOY PERONISTA HASTA LA MUERTE!!!

POR CLAUDIO RUBEN PONTI
YO NO HABIA CUMPLIDO 10 AÑOS, Y YA ERA PERONISTA. ES ESO QUE SE MAMA DE LA CUNA, MI VIEJO ME HIZO ENTENDER QUE ERA EL PERONISMO, Y COMO LES CAMBIO SU VIDA HAYA POR EL 43', CUANDO EL IGNOTO ENTONCES CORONEL PERON, ASUMIA LA SUBSECRETARIA DE TRABAJO DE LA NACION. TAMBIEN DE PARTE DE MI MADRE, DE FAMILIA CROATA, MUY POBRE ELLA  Y SU FAMILIA, PERON Y EVITA LOS DIGNIFICARON. NO YO NACI PERONISTA, PERO ME ACUERDO DE AQUEL 1 DE JULIO DE 1.974, ESTABA EN LA ESCUELA PRIMARIA, UNA ESCUELA MANEJADA POR MONJAS Y CURAS, A LAS 13:30, LA DIRECTORA NOS LLAMA PARA QUE FORMEMOS FILA EN EL PATIO, LLOVIZNAVA, ALGO PRESAGIABA QUE IVA A SER UN DIA MUY TRISTE. COMO SI NADA NOS DICE, "FALLECIO EL PRESIDENTE DE LA NACION, HAY LUTO, VAYANSE A SUS CASAS", ME LARGUE A LLORAR DESCONSOLADAMENTE, SOLO UNA MAESTRA SE ME ACERCO, ME ABRAZO FUERTE Y SU LLANTO ERA COMO EL MIO, COMO ESE COLIMBA DE LA FOTO. HAY ME DI CUENTA, QUE CON SOLO 9 AÑOS, 11 MESES Y 1 DIA, ME CORRIA SANGRE PERONISTA POR LAS VENAS, Y ES LA MISMA QUE ME CORRE HOY CON 46 AÑOS, 11 MESES Y 1 UN DIA, HASTA EL DIA DE MI MUERTE!!!

MI GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN A 37AÑOS DE SU MUERTE 1º DE JULIO DE 1974-2011


Muere en Buenos Aires el general Juan Domingo Perón. Fue presidente de la Nación por tres períodos, elegido por voto popular. Propugnó como plan de gobierno la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Trabajo por la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación según rezan las 20 verdades justicialistas. Por gestión de su esposa, María Eva Duarte de Perón, se otorgó el voto cívico a la mujer. Nació en Lobos (provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1895, aunque las ultimas tendencias dicen que fue en Roque Pérez, y su nombre era Juancito Sosa por lo que su mama era una mujer de los pueblos originarios. Al igual que San Martín, debió falsear la realidad para ingresar al Ejercito ya que los aborígenes tenían el ingreso prohibido.EL NACIMIENTO DE PERÓNPor Ricardo Eulogio BrizuelaCuando muere Juan Domingo Perón el 1 de julio de 1974, desaparece no sólo el protagonista principal de una gran parte de la historia argentina, sino que con él se fueron también muchas de las posibilidades de desentrañar la verdad sobre episodios que construyeron su propia figura mitológica.Desde sus orígenes, el General mantuvo con sus fuentes una relación, que fue acrecentada por quienes lo rodearon en las diversas contingencias de su vida política y por él mismo, que se prestó a una suerte de ocultamiento de sus datos personales. Ni siquiera de su fecha de nacimiento hay certezas definitivas. El día es aún discutido: si el mismo se produjo el 7 o el 8 de octubre. Si fue en 1895 o en 1893. Si en su ascendencia predominaba la sangre india o provenía de familias de inmigrantes con ciertos vestigios de nobleza; y, finalmente, hasta su mismo lugar de origen están hasta hoy en tela de juicio.Lo realmente extraordinario de este caso, es que Perón accede a los puestos de primera línea bordeando los anos cuarenta, cuando ya estaba pisando la cincuentena.Al mismo tiempo, está comprobado que provenía sí de una familia de muy precarios medios económicos y, si bien es cierto, del lado de su padre podía haber existido cierta influencia motorizada por su abuela, nadie hubiera imaginado su destino a casi cuarenta anos de su ingreso al Colegio Militar. Por ello es casi impensable un manejo casi perfecto de parte de dona Dominga Dutey, su abuela.Sorprende entonces la forma en que se construyó una historia cuando debieron haber estado asentados los principales hechos de su vida, como en cualquier caso, máxime siendo integrante de una institución como el Ejército mismo.Alguna explicación sobre el particular puede brindar una anécdota referida por uno de los protagonistas a quien esto escribe: en cierta oportunidad el doctor Felix Luna ? historiador argentino - se acercó al general Perón para recabar de él datos que necesitaba para sus trabajos. La respuesta de Perón fue desalentadora:- Mire Luna ? le dijo, palabras más o menos ? todas estas cosas yo se las dejé a Pavón Pereyra para que sea él quien las maneje, de manera que ahora no puedo inmiscuirme en lo que está haciendo. Enrique Pavón Pereyra, historiador que compartió con Perón la primer oficina que tuvo éste en el Ministerio de Trabajo, fue con el correr del tiempo el biógrafo oficial del ex presidente. En Madrid colaboró con la actividad del General en la casa de Puerta de Hierro registrando, a pedido de Perón, las visitas y conversaciones que al líder le interesaba dejar asentadas. Muchos de los datos aportados para los trabajos de Pavón Pereyra debieron ser modificados con el tiempo por el mismo General. Así, en uno de sus últimos libros -Yo, Perón- Pavón Pereyra escribe en primera persona, como si fueran realmente las memorias dictadas por el ex presidente, y rectifica algunos datos de la biografía de éste. Entre ellos se encuentra el tema de la fecha de nacimiento apuntado más arriba.Historias de pago chicoLa figura de Perón ha sido siempre un polo de atracción por el que muchos se sintieron subyugados, despertando en profesionales y aficionados una extrana predilección por mostrarlo desde diversos ángulos. Es larga la lista de escritores que construyeron parte de su fama abordando la vida del líder justicialista. Algunos de ellos extranjeros, fuertemente apoyados por instituciones variadas, concretaron importantes estudios.Muchos más modestos, no faltaron quienes se arriesgaron a tareas de investigación sin contar con la preparación necesaria ni los medios, pero explotando filones novedosos.Un médico, Hipólito Barreiro, que había ejercido como embajador argentino en un país africano durante el gobierno de Isabel Perón, se adentró en el estudio de los orígenes de la familia.Entre otras cosas sostiene, en un libro editado en Buenos Aires, que Perón sería el primer presidente argentino de raza aborigen.Testimonio de Hipólito Barreiro-Perón había nacido el 7 de Octubre de 1893, como Juancito Sosa, hijo natural de padres solteros en un medio precario como lo constituía la casa-rancho de las afueras de Roque Pérez, de una madre de sangre indígena semi analfabeta, lo cual lo constituía a él en un mestizo, luego anotado irregularmente en Lobos el 8 de Octubre 1895, es decir dos anos y un día después como Juan Domingo Perón, y finalmente bautizado recién el 14 de Enero de 1898 como Juan Domingo Sosa, en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Lobos. Estos hechos que hoy no tendrían mayor relevancia representaban sin embargo para la época y más tarde para el Ejército, un estigma social insalvable.(Lo mismo sucedió con el origen de Jose de San Martín, El niño José habría sido el hijo de una india guaraní llamada Rosa Guarú (que servía a los San Martín en Yapeyú) y de Diego de Alvear, padre de Carlos, como nos dice el historiador Hugo Chumbita en El Secreto de Yapeyu) mintiendo su origen para poder acceder al ejercito, lo que hubiera sido imposible para un indio. N&P)Naturalmente, nada de eso figuraba en el legajo personal del joven Perón a su ingreso al Colegio Militar, y por supuesto jamás figuró después. Manos amigas se encargarían de allanarle el camino, otorgándole además una beca para que pudiese estudiar porque carecía de recursos. Hubo dos familias conocidas de entonces, los de Atucha, amigos de su padre y los de Amoedo, amigos de aquellos, que no serian ajenos a estos sucesos. (En el invierno de 1985, almorzando en el comedor del Senado Nacional, el que fuera Senador Julio Amoedo -me contó (dice Barreiro) y confirmó estos dichos que su padre le habría referido oportunamente. Estaban presentes los entonces senadores Felipe Bittel y Ramón Saadi).De todos modos el joven estudiante crece y aprende a conservar su secreto, el origen de su nacimiento y siente que debe percibir y catalogar estas dudas como -paginas oscuras de su vida que recién comienza. Era la -belle epoque argentina, la del poder sustentado por los barones de la tierra; de las estancias que se median por leguas, de la bien llamada oligarquía vacuna. Era el -país de los toros gordos y de los peones flacos, donde Juancito Sosa se había criado -de a caballo entre los desposeídos, los indios, los mestizos y el gauchaje, meros partícipes de la injusticia de una sociedad injusta. regida entonces por la Ley de -Vagos y Malentretenidos. -Ahora, con el seguimiento de su historia, sabemos que las suyas no fueron lecciones aprendidas de un libro o de un narrador circunstancial. Fueron si, vivencias genuinas que habían ido moldeando el carácter y el alma de un niño a quien el Destino, más tarde, le reservaba el pasaje a otra dimensión.- El indio JuancitoEn defensa de sus dichos Barreiro destaca que Juana Sosa, la madre de Juan Domingo, es descendiente pura de indios mapuches y considera, siguiendo el razonamiento indio - similar al de los judíos - que el vientre de la madre determina el origen del recién nacido. Por lo demás, asegura que el nacimiento de Perón tuvo lugar en un rancho de la localidad de Roque Pérez y no en la localidad de Lobos, tal como señala la historia oficial.En realidad, la casa de Lobos proclamada monumento histórico por disposición de un decreto del ano 1953 refrendada por el vicepresidente Alberto Teisaire a cargo de la presidencia en ese momento, por ausencia del General, pareciera improbable - por su estilo - que fuera del siglo pasado.También es cierto que Mario Avelino Perón, el padre de Juan Domingo, se instaló en la región abandonando por enfermedad sus estudios en Buenos Aires y conoció a Juana Sosa cuando ésta tenía más o menos quince anos. Se juntó con ella formando un hogar en el que nació primero Mario y dos anos después el que sería presidente argentino.Una serie de vicisitudes provocó que ambos nacimientos fueran inscriptos con ciertas irregularidades, originando de esta manera el caldo de cultivo apropiado para el manejo de esos datos. Incluso, la partida oficial de nacimiento tiene una mancha de tinta que dificulta su lectura.Barreiro dice que el rancho en el que nació el general aún se mantiene en pie en Roque Pérez. Por las dudas, el Congreso de la Nación Argentina dispuso declararlo también monumento histórico, pero -como un lugar donde Perón pasó parte de su infancia?Juana SosaEn la historia del peronismo existen personajes rodeados de un halo de leyenda, que la falta de información oficial ha magnificado. En esta categoría se encuentra dona Juana Sosa Toledo, la madre del general Perón, que falleció en Comodoro Rivadavia siendo su hijo presidente de la Nación.La vida de dona Juana tiene para el gran público la misma categoría incierta que la infancia del mismo Juan Domingo Perón. Lo real es que esta mujer se encuentra con Mario Tomás Perón ? padre del tres veces presidente argentino - en la zona de Lobos en la provincia de Buenos Aires.Allí vivía frisando los quince anos, hija de Juan Sosa y Mercedes Toledo, sobrellevando una situación común a hogares de su clase. Puestero en una estancia, a la muerte del padre, la señora Mercedes y su hija Juana quedaron casi en el desamparo, debiendo desalojar el lugar donde vivían y mudándose a Lobos donde sobrevivieron con actividades variadas.Cuentan que Juana vendía pasteles y huevos, destacándose por su forma decidida de montar y recorrer los lugares distantes, haciendo su propia clientela.En esa etapa conoce al joven Perón que se radicó en la zona para curarse una enfermedad de los pulmones, abandonando los estudios de Buenos Aires. Pronto un primer embarazo trajo al mundo a Avelino Mario, el hermano mayor del ex presidente. En este punto, la historia oficial difiere de otras versiones y se hace mucho más difícil el rastreo de la vida del matrimonio Perón-Sosa. Por un lado se sostiene que después del nacimiento del primogénito, la pareja ocupa una casa en Lobos que fue con el tiempo ? un poco más de dos anos después - el lugar de nacimiento del general Perón. Testimonios posteriores sostienen, después de la muerte del General Perón, que en realidad la pareja se mudó a Roque Pérez, un pueblo distante unos sesenta kilómetros, y que allí nació Juan Domingo, en un rancho que aún existe.La casa de Lobos es sede hoy de un museo, habiéndosela declarado monumento histórico en octubre de 1953.De todas maneras, el dato es casi irrelevante, para la evaluación de una vida de sacrificios como la que tuvo esta mujer, descendiente directo de indios mapuches, que se manejó atendiendo la crianza de dos hijos, con un marido enfermo y casi sin recursos. En la lucha por la subsistencia debió recurrir a los trabajos más ingratos del campo, esquilando ovejas, ordenando y cuidando sus animales de granja.Los anos venideros no le trajeron precisamente holgura económica: mientras Juan Domingo Perón estudiaba en Buenos Aires bajo la protección de su abuela paterna, Juana y su marido recorrieron distintas lugares de la Patagonia. Primero se asentaron en Santa Cruz y luego en la provincia de Chubut.Precisamente en este última se afincan en la localidad de Comodoro Rivadavia y allí ocurre en el ano 1953 su fallecimiento.Para ese entonces, muerto el padre del general Perón, estaba casada con un hombre de apellido Canosa que atendía el campo que en la zona finalmente había hecho progresar la familia. Los restos de dona Juana Sosa de Canosa fueron trasladados ? vía aérea ? a Buenos Aires y enterrados en el cementerio de la Chacarita. Ocurría esto el 1 de junio de 1953 a las once de la mañana. Juana Sosa es otro personaje ligado al ex presidente que entró en la leyenda, transponiendo un efectivo manto de desinformación.LA IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE UN LÍDER COMO JUAN DOMINGO PERÓNDiscurso pronunciado por el excelentísimo Señor Presidente de la Nación General Juan Domingo Perón en la Escuela Nacional de GuerraBuenos Aires 1953 -Invitado por el señor Ministro de Defensa Nacional, General de División D. Humberto Sosa Molina, a escuchar una conferencia que dictaría a los cursantes el señor Director de la Escuela Nacional de Guerra, General de División D. Horacio A. Aguirre, el Excelentísimo señor Presidente de la Nación, General de Ejército D. JUAN PERÓN, asistió el 11 de noviembre de 1953 al mencionado Instituto Superior, en compañía del señor Ministro invitante. Terminada la conferencia del señor General Aguirre, el primer magistrado hizo uso de la palabra y vertió los conceptos que se transcriben en este folleto.Señores: He acepta do con gran placer esta ocasión para disertar sobre las ideas fundamentales que han inspirado una nueva política internacional en la República Argentina. Es indudable que, por el cúmulo de tareas que yo tengo, no podré presentar a ustedes una exposición académica sobre este tema, pero sí podré mantener una conversación en la que lo más fundamental y lo más decisivo de nuestras concepciones será expuesto con sencillez y con claridad. Las organizaciones humanas, a lo largo de todos los tiempos, han ido, indudablemente, creando sucesivos agrupamientos y reagrupamientos. Desde la familia troglodita hasta nuestros tiempos eso ha marcado un sinnúmero de agrupaciones a través de las familias, las tribus, las ciudades, las naciones y los grupos de naciones , y hay quien se aventura ya a decir que para el ano 2000 las agrupaciones menores serán los continentes. Es indudable que la evolución histórica de la humanidad va afirmando este concepto cada día con mayores visos de realidad. Eso es todo cuanto podemos decir en lo que se refiere a la natural y fatal evolución de la humanidad. Si ese problema lo transportamos a nuestra América surge inmediatamente una apreciación impuesta por nuestras propias circunstancias y nuestra propia situación. Es indudable que el mundo, superpoblado y súper industrializado, presenta para el futuro un panorama que la humanidad todavía no ha conocido, por lo menos en una escala tan extraordinaria. Todos los problemas que hoy se ventilan en el mundo son, en su mayoría, producto de esta superpoblación y súper industrialización, sean problemas de carácter material o sean problemas de carácter espiritual. Es tal la influencia de la técnica y de esa superproducción, que la humanidad, en todos sus problemas económicos, políticos y sociológicos, se encuentra profundamente influida por esas circunstancias. Si ése es el futuro de la humanidad, es indudable que estos problemas irán progresando y produciendo nuevos y más difíciles problemas emergentes de las circunstancias enunciadas. Resulta también indiscutible que la lucha fundamental en un mundo superpoblado es por una cosa siempre primordial para la humanidad: la comida. Ese es el peor y el más difícil problema a resolver. El segundo problema que plantea la industrialización es la materia prima; valdría decir que en este mundo que lucha por la comida y por la materia prima, el problema fundamental de l futuro es un problema de base y fundamento económicos, y la lucha de futuro será cada vez más económica, en razón de una mayor superpoblación y de una mayor superindustrialización. En consecuencia, analizando nuestros problemas, podríamos decir que el futuro del mundo, el futuro de los pueblos y el futuro de las naciones estará extraordinariamente influido por la magnitud de las reservas que posean: reservas de alimentos y reservas de materias primas. Eso es una cosa tan evidente, tan natural y simple, que no necesitaríamos hacer uso ni de la estadística y menos aún de la dialéctica para convencer a nadie. Y ahora, viendo el problema práctica y objetivamente, pensamos cuáles son las zonas del mundo donde todavía existen las mayores reservas de estos dos elementos fundamentales de la vida humana: el alimento y la materia prima. Es indudable que nuestro continente, en especial Sudamérica, es la zona del mundo donde todavía, en razón de su falta de población y de su falta de explotación extractiva, está la mayor reserva de materia prima y alimentos del mundo. Esto nos indicaría que el porvenir es nuestro y que en la futura lucha nosotros marchamos con una extraordinaria ventaja frente a las demás zonas del mundo, que han agotado sus posibilidades de producción alimenticia y de provisión de materias primas, o que son ineptas para la producción de estos dos elementos fundamentales de la vida. Si esto, señores, crea realmente el problema de la lucha, es indudable que en esa lucha llevamos nosotros una ventaja inicial, y que en el aseguramiento de un futuro promisorio tenemos halagüeñas esperanzas de disfrutarlo en mayor medida que otros países del mundo. Pero precisamente en estas circunstancias radica nuestro mayor peligro, porque es indudable que la humanidad ha demostrado a lo largo de la historia de todos los tiempos que cuando se ha carecido de alimentos o de elementos indispensables para la vida, como serían las materias primas y otros, se ha dispuesto de ellos quitándolos por las buenas o por las malas, vale decir, con habilidosas combinaciones o mediante la fuerza. Lo que quiere decir, en buen romance, que nosotros estamos amenazados a que un día los países superpoblados y súper industrializados, que no disponen de alimentos ni de materia prima, pero que tienen un extraordinario poder, jueguen ese poder para despojarnos de los elementos de que nosotros disponemos en demasía con relación a nuestra población y a nuestras necesidades. Ahí está el problema planteado en sus bases más fundamentales, pero también las más objetivas y realistas, Si subsistiesen los pequeños y débiles países, en un futuro no lejano podríamos ser territorio de conquista, como han sido miles y miles de territorios desde los fenicios hasta nuestros días. No sería una historia nueva la que se escribiría en estas latitudes; sería la historia que ha campeado en todos los tiempos, sobre todos los lugares de la tierra, de manera que ni siquiera llamaría mucho la atención. Es esa circunstancia la que ha inducido a nuestro gobierno a encarar de frente la posibilidad de una unión real y efectiva de nuestros países, para encarar una vida en común y para planear, también, una defensa futura en común. Si esas circunstancias no son suficientes, o ese hecho no es un factor que gravite decisivamente para nuestra unión, no creo que exista ninguna otra circunstancia importante para que la realicemos. Si cuanto he dicho no fuese real, o no fuese cierto, la unión de esta zona de l mundo no tendría razón de ser, como no fuera una cuestión más o menos abstracta e idealista. Señores: Es indudable que desde el primer momento nosotros pensamos en esto; analizamos las circunstancias y observamos que, desde 1810 hasta nuestros días, nunca han faltado distintos intentos para agrupar esta zona del Continente en una unión de distintos tipos. Los primeros surgieron en Chile, ya en los días iniciales de las revoluciones emancipadoras de la Argentina, de Chile, del Perú. Todos ellos fracasaron por distintas circunstancias. Es indudable que, de realizarse aquello en ese tiempo, hubiese sido una cosa extraordinaria. Desgraciadamente, no todos entendieron el problema, y cuando Chile propuso eso aquí a Buenos Aires, en los primeros días de la Revolución de Mayo, Mariano Moreno fue el que se opuso a toda unión con Chile. Es decir que estaba en el gobierno mismo, y en la gente más prominente del gobierno, la idea de hacer fracasar esa unión. Eso fracasó por culpa de la Junta de Buenos Aires. Hubo después varios que fracasaron también por diversas circunstancias. Pasó después el problema a ser propugnado desde el Perú, y la acción de San Martín también fracasó. Después fue Bolívar quien se hizo cargo de la lucha por una unidad continental, y sabemos también cómo fracasó. Se realizaron después el primero, el segundo y el tercer Congreso de México con la misma finalidad. Y debemos confesar que todo eso fracasó, mucho por culpa nuestra. Nosotros fuimos los que siempre más o menos nos mantuvimos un poco alejados, con un criterio un tanto aislacionista y egoísta. Llegamos a nuestros tiempos. Yo no querría pasar a la historia sin haber demostrado, por lo menos fehacientemente, que ponemos toda nuestra voluntad real, efectiva, leal y sincera para que esta unión pueda realizarse en el Continente. Pienso yo que el ano 2000 nos va a sorprender o unidos o dominados; pienso también que es de gente inteligente no esperar que el ano 2000 llegue a nosotros, sino hacer un poquito de esfuerzo para llegar un poco antes al ano 2000, y llegar en un poco mejores condiciones que aquella que nos podrá deparar el destino mientras nosotros seamos yunque que aguantamos los golpes y no seamos alguna vez martillo; que también demos algún golpe por nuestra cuenta. Es por esa razón que ya en 1946, al hacer las primeras apreciaciones de carácter estratégico y político internacional, comenzamos a pensar en ese grave problema de nuestro tiempo. Quizá, en la política internacional que nos interesa, es el más grave y el más trascendente; más trascendente quizá que lo que pueda ocurrir en la guerra mundial, que lo que pueda ocurrir en Europa, o que lo que pueda ocurrir en el Asia o en el Extremo Oriente; porque éste es un problema nuestro, y los otros son problemas del mundo en el cual vivimos, pero que están suficientemente alejados de nosotros. Creo también que en la solución de este grave y trascendente problema cuentan los pueblos más que los hombres y que los gobiernos. Es por eso que, cuando hicimos las primeras apreciaciones, analizamos si esto podría realizarse a través de las cancillerías actuantes como en el siglo XVIII, en una buena comida, con lucidos discursos, pero que terminan al terminar la comida, inoperantes e intrascendentes, como han sido todas las acciones de las cancillerías de esta parte del mundo desde hace casi un siglo hasta nuestros días; o si habría que actuar más efectivamente, influyendo no a lo s gobiernos, Que. aquí se cambian como se cambian las camisas, sino influyendo a los pueblos, que son los permanentes, -Porque los hombres pasan y los gobiernos se suceden, pero los pueblos quedan. Hemos observado, por otra parte, que el éxito, quizá el único éxito extraordinario del comunismo, consiste en que ellos no trabajan con los gobiernos, sino con los Pueblos, porque ellos están encaminados a una obra permanente y no a una obra circunstancial. Y si en el orden internacional quiere realizarse algo trascendente, hay que darle carácter permanente, Porque mientras sea circunstancial, en el orden de la Política internacional no tendría ninguna importancia. Por esa razón, y aprovechando las naturales inclinaciones de nuestra doctrina Propia, comenzamos a trabajar sobre los pueblos, sin excitación, sin apresuramientos y, sobre todo, tratando de cuidar minuciosamente, de desvirtuar toda posibilidad de que nos acusen de intervención en los asuntos internos de otro estado En 1946, cuando yo me hice cargo del gobierno, la Política internacional Argentina no tenía ninguna definición No encontramos allí ningún plan de acción, como no existía tampoco en los ministerios militares ni siquiera una remota hipótesis sobre la cual los militares Pudieran basar sus Planes de operaciones. Tampoco en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en todo su archivo, había un solo plan activo sobre la política internacional que seguía la República Argentina, ni siquiera sobre la orientación, por lo menos, que regía sus decisiones o designios. Vale decir que nosotros habíamos vívido, en política internacional, respondiendo a las medidas que tomaban los otros con referencia a nosotros, pero sin tener jamás una idea propia que nos pudiese conducir, por lo menos a lo largo de los tiempos, con una dirección uniforme y congruente. Nos dedicamos a tapar los agujeros que nos hacían las distintas medidas que tomasen los demás países. Nosotros no teníamos iniciativa. No es tan criticable el procedimiento, porque también suele ser una forma de proceder, quizá explicable, pues los pequenos países no pueden tener en el orden de la política internacional objetivos muy activos ni muy grandes; pero tienen que tener algún objetivo. Yo no digo que nos vamos a poner nosotros a establecer objetivos extra continentales para imponer nuestra voluntad a los rusos, a los ingleses o a los norteamericanos; no, porque eso sería torpe. Vale decir que en esto, como se ha dicho y sostenido tantas veces, hay que tener la política de la fuerza que se posee o la fuerza que se necesite para sustentar una política. Nosotros no podemos tener lo segundo y, en consecuencia, tenemos que reducirnos a aceptar lo primero, pero dentro de esa situación podemos tener nuestras ideas y luchar por ellas para que las cancillerías, que juegan al estilo del siglo XVIII, no nos estén dominando con sus sueños fantásticos de hegemonías, de mando y de dirección. Para ser país monitor como sucede con todos los monitores ha de ser necesario ponerse adelante para que los demás lo sigan. El problema es llegar cuanto antes a ganar la posición o la colocación, y los demás van a seguir aunque no quieran. De manera que la hegemonía no se discute; la hegemonía se conquista o no se conquista. Por eso nuestra lucha no es, en el orden de la política internacional, por la hegemonía de nadie, como lo he dicho muchas veces, sino simple y llanamente la obtención de lo que conviene al país en primer término; en segundo término, lo que conviene a la gran región que encuadra el país, y en tercer término, al resto del mundo, que ya está más lejano y a menor alcance de nuestras previsiones y de nuestras concepciones. Por eso, bien claramente entendido, como lo he hecho en toda circunstancia, para nosotros: primero la República Argentina, luego el Continente y después el mundo. En esa posición nos han encontrado y nos encontrarán siempre, porque atendemos que la defensa propia está en nuestras manos; que la defensa, diremos relativa, está en la Zona continental que defendemos y en que vivimos y que la absoluta es un sueno que todavía no alcanzado ningún hombre ni nación alguna de la tierra. Vivimos solamente en una seguridad relativa pensando, señores, en la idea fundamental de llegar a una unión en esta parte del Continente. Habíamos pensado que la lucha del futuro será económica; la historia nos demuestra que ningún un país se ha impuesto en ese campo, ni en ninguna lucha, si no tiene en sí una completa, diremos unidad económica. Los grandes imperios, las grandes naciones, han llegado desde los comienzos de la historia hasta nuestros días, a las grandes conquistas, a base de una unidad económica. Y yo analizo que si nosotros sonamos con la grandeza que tenemos la obligación de sonar para nuestro país, debemos analizar primordialmente ese factor en una etapa del mundo en que la economía pasará a primer plano en todas las luchas del futuro. La República Argentina sola, no tiene unida económica; Brasil solo, no tiene tampoco unida económica; Chile solo, tampoco tiene unid económica; pero estos tres países unidos conforman quizá en el momento actual la unidad económica más extraordinaria del mundo entero, sobre todo para el futuro, porque toda esa inmensa disponibilidad constituye su reserva. Estos son países reservas mundo. Los otros están quizá a no muchos anos de la terminación de todos sus recursos energéticos y de materia prima; nosotros poseemos todas las reservas de las cuales todavía no hemos explotado nada. Esa explotación que han hecho de nosotros, manteniéndonos para consumir lo elaborado por ellos, ahora en el futuro puede dárseles vuelta, porque en la humanidad y en el mundo hay una justicia que está por sobre todas las demás justicias, y que algún día llega. Y esa justicia se aproxima para nosotros; solamente debemos tener la prudencia y la sabiduría suficientes para prepararnos a que no nos birlen de nuevo la justicia, en el momento mismo en que estamos por percibirla y por disfrutarla. Esto es lo que ordena, imprescriptiblemente, la necesidad de la unión de Chile, Brasil y Argentina. Es indudable que, realizada esta unión, caerán a su órbita los demás países sudamericanos, que no serán favorecidos ni por la formación de un nuevo agrupamiento y probablemente no lo podrán realizar en manera alguna, separados o juntos, sino en pequeñas unidades. Apreciado esto, señores, yo empecé a trabajar sobre los pueblos. Tampoco olvidé de trabajar a los gobiernos, y durante los seis anos del primer gobierno, mientras trabajábamos activamente en los pueblos, preparando la opinión para bien recibir esta acción, conversé con los que iban a ser presidentes, por lo menos, en los dos países que más nos interesaban: Getulio Vargas y el General Ibáñez. Getulio Vargas estuvo total y absolutamente de acuerdo con esta idea, y en realizarla tan pronto él estuviera en el gobierno. Ibáñez me hizo exactamente igual manifestación, y contrajo el compromiso de proceder lo mismo. Yo no me hacía ilusiones porque ellos hubieran prometido esto, para dar el hecho por cumplido, porque bien sabía que eran hombres que iban al gobierno y no iban a poder hacer lo que quisieran, sino lo que pudieran. Sabía bien que un gran sector de esos pueblos se iba a oponer tenazmente a una realización de este tipo, por cuestiones de intereses personales y negocios, más que por ninguna otra causa. ACómo no se van a oponer los ganaderos chilenos a que nosotros exportemos sin medida ganado argentino a Chile! AY cómo no se van a oponer a que solucionemos todos los problemas fronterizos para la internación de ganado, los acopiadores chilenos, cuando una vaca o un novillo, a un metro de la frontera chilena hacia el lado argentino, vale diez mil pesos chilenos, y a un metro hacia Chile de la frontera argentina, vale veinte mil pesos chilenos! Ese que gana los diez mil pesos no va a estar de acuerdo nunca con una unidad de este tipo. Cito este caso grosero para que los señores intuyan toda la gama inmensa de intereses de todo orden que se desgranan en cada una de las cosas que come el pobre roto chileno y que producimos nosotros, o que consumimos nosotros y producen ellos. Ese mismo fenómeno sucede con el Brasil. Por esa razón nunca me hice demasiadas ilusiones sobre las posibilidades de ello; por eso seguimos trabajando por estas uniones, porque ellas deberán venir por los pueblos. Nosotros tenemos muy triste experiencia de las uniones que han venido por los gobiernos; por lo menos, ninguna en ciento cincuenta anos ha podido cristalizar en alguna realidad. Probemos el otro camino que nunca se ha probado para ver si, desde abajo, podemos ir influyendo en forma determinante para que esas uniones se realicen. Señores: sé también que el Brasil, por ejemplo, tropieza con una gran dificultad: es Itamaraty, que allí constituye una institución supergubernamental. Itamaraty ha sonado, desde la época de su Emperador hasta nuestros días, con una política que se ha prolongado a través de todos los hombres que han ocupado ese difícil cargo en el Brasil. Ella los había llevado a establecer un arco entre Chile y el Brasil; esa política debe ser vencida con el tiempo y por un buen proceder de parte nuestra. Debe desmontarse todo el sistema de Itamaraty y deben desaparecer esas excrecencias imperiales que constituyen, más que ninguna otra razón, los principales obstáculos para que el Brasil entre a un diremos, unión verdadera con la Argentina. Nosotros con ellos no tenemos ningún problema como no sea ese sueno de la hegemonía, en el que estamos prontos a decirles: Son ustedes mas grandes, más lindos y mejores que nosotros; no tenemos ningún inconveniente. Nosotros renunciamos a todo eso, de manera que ése tampoco va a ser un inconveniente. Pero es indudable que nosotros creíamos superado en cierta manera ese problema. Yo he de contarles a los señores un hecho que pondrá perfectamente en evidencia cómo procedemos nosotros y por qué tenemos la firmé convicción de que al final vamos a ganar nosotros porque procedemos bien. Porque los que proceden mal son los que sucumben víctimas de su propio mal procedimiento; por eso, no emplearemos e ningún caso ni los subterfugios, ni las insidias, ni las combinaciones raras, que emplean algunas cancillerías. Cuando Vargas subió al gobierno me prometió a mí que nos reuniríamos en Buenos Aires o en Río y haríamos ese tratado que yo firmé con Ibáñez después; el mismo tratado. Ese fue un propósito formal que nos habíamos trazado. Más aún, dijimos: -Vamos a suprimir las fronteras, si es preciso. Yo agarraba cualquier cosa, porque estaba dentro de la orientación que yo seguía y de lo que yo creía que era necesario y conveniente. Yo sabía que acá yo lo realizaba, porque cuando yo le dijera a mi Pueblo que quería hacer eso, yo sabía que mi Pueblo querría lo que yo quería en el orden de la política internacional, porque ya aquí existe una conciencia político internacional en el Pueblo y existe una organización. Además, la gente sabe que, en fin, tantos errores no cometemos, de manera que tiene también un poco de fe en lo que hacemos. Más tarde Vargas me dijo que era difícil que pudiéramos hacerlo tan pronto, porque él tenía una situación política un poco complicada en las Cámaras y que antes de dominarlas quería hacer una conciliación. Es difícil eso en política; primero hay que dominar y después la conciliación viene sola. Son puntos de vista; son distintas maneras de pensar. El siguió un camino distinto y nombró un gabinete de conciliación, vale decir, nombró un gabinete donde por lo menos las tres cuartas partes de los ministros eran enemigos políticos de él y que servirían a sus propios intereses y no a los del gobierno. Claro que él creyó que esto en seis meses le iba a dar la solución; pero cuando pasaron los seis meses el asunto estaba más complicado que antes Naturalmente, no pudo venir acá; no pudo imponerse frente a su Parlamento y frente a sus propios ministros a realizar una tarea que Acaba ponerse los pantalones y jugarse una tan decisiva frente a la política internacional mundial, a su pueblo, a su Parlamento y a los reses que había que vencer . Naturalmente, yo esperé. En ese ínterin es elegido presidente el General Ibáñez; la situación él no era mejor que la situación de Vargas, pero cierta manera llegaba plebiscitado en todo lo que puede ser plebiscitado en Chile, con elecciones y sui géneris, porque allá se inscriben los que quieren, y los que no quieren, no; Es una cosa muy distinta a la nuestra. Pero él llega al gobierno naturalmente. Tan pronto llega al gobierno, yo, informe con lo que habíamos conversado, lo tanteé. Me dice: -de acuerdo, lo hacemos. -Muy bien! El General fue más decidido, porque los generales solemos ser más decididos que los políticos. pero antes de hacerlo, como yo tenía un compromiso con Vargas, le escribí una carta que le e llegar por intermedio de su propio embajador, quien llamé y le dije: vea, usted tendrá que ir a con esta carta y tendrá que explicarle todo esto a su Presidente. Hace dos anos nosotros nos metimos realizar este acto. Hace más de un ano y pico que lo estoy esperando, y no puede venir. Yo pido autorización a él para que me libere de ese compromiso de hacerlo primero con el Brasil y me Permita hacerlo primero con Chile. Claro que le pido esto porque creo que estos tres países son los que deben realizar la unión. El embajador va allá y vuelve y me dice, en nombre de su Presidente, que no solamente me autoriza a que vaya a Chile liberándome del compromiso, sino que me da también su representación para que lo haga en nombre de él en Chile. Naturalmente, ya sé ahora muchas cosas que antes no sabía; acepté sólo la autorización, pero no la representación. Fui a Chile, llegué allí y le dije al General Ibánez: Tengo aquí con todo listo y traigo la autorización del Presidente Vargas, porque yo estaba comprometido a hacer esto primero con él y con el Brasil; de manera que todo sale perfectamente bien como lo hemos planeado, y quizás al hacerse esto se facilite la acción a Vargas y se vaya arreglando así mejor el asunto. Llegamos, hicimos allá con el Ministro de Relaciones Exteriores todas esas cosas de las cancillerías, discutimos un poco poca cosa y llegamos al acuerdo, no tan amplio como nosotros queríamos, porque la gente tiene miedo en algunas cosas y, es claro, salió un poco retaceado, pero salió. No fue tampoco un parto de los montes, pero costó bastante convencer, persuadir, etcétera. Y al día siguiente llegan las noticias de Río de Janeiro, donde el Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil hacía unas declaraciones tremendas contra el Pacto de Santiago: -que estaba en contra de los pactos regionales, que ésa era la destrucción de la unanimidad panamericana. Imagínense la cara que tendría yo al día siguiente cuando fui y me presenté al Presidente Ibáñez. Al darle los buenos días, me preguntó: -zQué me dice de los amigos brasileños. Naturalmente que la prensa carioca sobrepasó los límites a que había llegado el propio Ministro de Relaciones Exteriores, señor Neves da Fontoura. Claro, yo me callé; no tenía más remedio. Firmé el tratado y me vine aquí. Cuando llegué me encontré con Gerardo Rocha, viejo periodista de gran talento, director de 0 Globo, en Río, muy amigo del Presidente Vargas, quien me dijo: -Me manda el Presidente Vargas para que le explique lo que ha pasado en el Brasil. Dice que la situación de él es muy difícil; que políticamente no puede dominar; que tiene sequías en el Norte, heladas en el Sur; y a los políticos los tiene levantados; que el comunismo está muy peligroso; que no ha podido hacer nada; en fin, que lo disculpe, que él no piensa así y que si el Ministro ha hecho eso, que él tampoco puede mandar al Ministro. Yo me he explicado perfectamente bien todo esto; no lo justificaba, pero me lo explicaba por lo menos. Naturalmente, señores, que planteada la situación en estas circunstancias, de una manera tan plañidera y lamentable, no tuve más remedio que decirle que siguiera tranquilo, que yo no me meto en las cosas de él y que hiciera lo que pudiese, pero que siguiera trabajando por esto. Bien, señores. Yo quería contarles esto, que probablemente no lo conoce nadie más que los ministros y yo; claro está que son todos documentos para la Historia, porque yo no quiero pasar a la Historia como un cretino que ha podido realizar esta unión y no la ha realizado. Por lo menos quiero que la gente piense en el futuro que si aquí ha habido cretinos, no he sido yo solo; hay otros cretinos también como yo, y todos juntos iremos en el -baile del cretinismo. Pero lo que yo no quería es dejar de afirmar, como lo haré públicamente en alguna circunstancia, que toda la política Argentina en el orden internacional ha estado orientada hacia la necesidad de esa unión, para que, cuando llegue el momento en que seamos juzgados por nuestros hombres frente a los peligros que esta disociación producirá en el futuro, por lo menos tengamos el justificativo de nuestra propia impotencia para realizarla. Sin embargo, yo no soy pesimista; yo creo que nuestra orientación, nuestra perseverancia, va todos los días ganando terreno dentro de esta idea, y estoy casi convencido de que un día lo hemos de realizar todo bien y acabadamente, y que tenemos que trabajar incansablemente por realizarlo, Ya se acabaron las épocas del mundo en que los conflictos eran entre dos países. Ahora los conflictos se han agrandado de tal manera y han adquirido tal naturaleza que hay que prepararse para los Grandes conflictos y no para los -pequeños conflictos. Esta unión, señores, está en plena elaboración; es todo cuanto yo podría decirles a ustedes como definitivo. Estamos trabajándola, y el éxito, señores, ha de producirse; por lo menos, nosotros hemos preparado el éxito, lo estamos realizando, y no tengan la menor duda de que el día que se produzca yo he de saber explotarlo con todas las conveniencias necesarias para nuestro país, porque, de acuerdo con el aforismo napoleónico, el que prepara un éxito y lo conquista, difícilmente no sabe sacarle las ventajas cuando lo ha obtenido. En esto, señores, estoy absolutamente persuadido de que vamos por buen camino. La contestación del Brasil, buscando desviar su arco de Santiago a Lima, es sola mente una contestación ofuscada y desesperada de una Cancillería que no interpreta el momento y que está persistiendo sobre una línea superada por el tiempo y por los acontecimientos; eso no puede tener efectividad. La lucha por las zonas amazónicas y del Plata no tiene ningún valor ni ninguna importancia; son sueños un poco ecuatoriales y nada más. No puede haber en ese sentido ningún factor geopolítico ni de ninguna otra naturaleza que pueda enfrentar a estas dos zonas tan diversas en todos sus factores y en todas sus características. Aquí hay un problema de unidad que está por sobre todos los demás problemas, y en estas circunstancias, quizá muy determinantes, de haber nosotros solucionado nuestros entredichos con Estados Unidos, tal vez esto favorezca en forma decisiva la posibilidad de una unión continental en esta zona de l continente americano. Señores: como ha respondido el Paraguay, aunque es un pequeño país; como irán respondiendo otros países de l Continente, despacito, sin presiones y sin violencias de ninguna naturaleza, así se va configurando ya una suerte de unión. Las uniones deben realizarse por el procedimiento que es común: primeramente hay que conectar algo; después las demás conexiones se van formando con el tiempo y con los acontecimientos. Chile, aun a pesar de la lucha que deben sostener allí, ya está unido con la Argentina. El Paraguay se halla en igual situación. Hay otros países que ya están inclinados a realizar lo mismo. si nosotros conseguimos ir adhiriendo lentamente a otros países, no va a tardar mucho en que el Brasil haga también lo mismo, y ése será el principio del Triunfo de nuestra política. La unión continental a base de Argentina, Brasil y Chile está mucho más próxima de lo que creen muchos argentinos, muchos chilenos y muchos brasileños; en el Brasil hay un sector enorme que trabaja por esto. Lo único que hay que vencer son intereses; pero cuando los intereses de los países entran a actuar, los de los hombres deben ser vencidos por aquéllos, ésa es nuestra mayor esperanza. Hasta que esto se produzca, señores, no tenemos otro remedio que esperar y trabajar para que se realice; y ésa es nuestra acción y ésa es nuestra orientación. Muchas graciasMiedo, incertidumbre y dolor por la muerte del líderLa muerte de Juan Domingo Perón, el 1 de julio de 1974, conmovió profundamente a la sociedad argentina que, en términos generales, sintió una profunda sensación de orfandad y presintió la llegada de tiempos oscuros para el país.Ese mediodía soleado los argentinos acusaron la pérdida del líder que marcó con fuerza la historia del país durante la segunda mitad del siglo XX y temieron que con su partida se iniciara un periodo de inestabilidad política, como finalmente ocurrió.Desde mediados de junio, los rumores sobre el empeoramiento de la salud de Perón aumentaban día a día mientras un clima de incertidumbre e inquietud ganaba al conjunto de la población y de tristeza a la militancia peronista.Finalmente a las 14 del 1 de julio, la voz trémula de Isabel Perón anunciando por cadena nacional la muerte de Perón se escapaba a través de miles de radios y televisores prendidos en todos los rincones del país.
FUENTE: Buenos Aires, TélamPERÓN, EL FMI Y LA DISTRIBUCIÓN DE LOS INGRESOSPerón no sólo no adhirió al Fondo Monetario sino que no adhirió a la Organización Mundial del Comercio, no adhirió incluso a organismos vinculados a las Naciones Unidas, cuando en ese momento hasta la Unión Soviética adhirió al FMI y después cuando vio que éste era el administrador de los intereses de los países ricos, que Estados Unidos puso el 30% del capital del FMI, Inglaterra el 17% y Francia el 6% restante y ya tenían más del 50% entonces lo iban a manejar.Perón había estudiado economía en Italia, entonces uno no sabe hasta dónde es Perón, o junto a Miranda o es un aceitero Maroglio, o Lagomarsino que era un textil o es Figuerola que era un técnico, quién planteó pero lo cierto es que ellos plantean de que no puede haber un mercado libre de divisas; el exportador exporta y cuando tiene que ir a cobrar va a cobrar pesos; el Banco Central les va a decir: Usted exportó por 1.000 dólares, bueno, le corresponden 10.000 pesos y les da 10.000 pesos, no les da dólares. Los dólares no los ve. Cuando el dólar estaba en 15, les daba 10, porque como tenían esa gran renta agraria diferencial, con eso les sacaba una parte, pero uno adherido al Fondo Monetario no puede hacer el tema de control de cambio, nacionalizar el comercio exterior, fijación arbitraria del precio del dólar, esas cosas no van, estatizar, poner precios máximos, congelar arrendamientos rurales, que perjudicó a la oligarquía, congelar arrendamientos urbanos, fijar después cuando los propietarios protestaban porque los alquileres estaban congelados y había inflación, entonces se les diluía todo, entonces les plantea la exigencia de si quieren vender tienen que proponérselo al inquilino, entonces los propietarios mandaban telegramas diciéndole al inquilino -que le tenían una gran bronca porque le pagaba minucias- le mandaba el telegrama diciéndole si valía 40 se lo ofrecían para que comprara a 120, entonces venía la Cámara de Alquileres y fijaba el precio que correspondía.Era una economía con gran intervencionismo, con una franja poderosa de la economía en manos del Estado, con aerolíneas, con Gas del Estado, con empresas industriales como Fabricaciones Militares que tenía el Ejército, entonces todo esto es un proyecto económico. Jauretche dice que es el único proyecto económico nacional que ha habido en la historia argentina, que puede haber tenido dificultades es claro, cuando hubo una sequía no se podía sacarle al campo porque entonces el campo estaba caído porque bajaban los precios, y además bajaban los precios por el Plan Marshall, entonces todo proceso concreto cuando es implementado concretamente tiene dificultades, pero el proyecto en general fue un proyecto correcto, que significó que la Argentina empezara a producir aviones, automóviles, tractores, motocicletas, vagones ferroviarios; y con eso se da además la distribución del ingreso, de más del 50% a favor de los trabajadores, a consecuencia de eso.Algunos llegan a indicar que la distribución a los que menos tenían llegaba al 56 por cinto según datos de la CEPAL. Hay economistas muy renombrados en ámbitos universitarios, que dicen que no pueden explicarse por qué Perón insistía en distribuir el ingreso en cifras tan importantes para los trabajadores.




VIDA DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN


El General Juan Domingo Perón fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1951 y 1973. En todos los casos llegó a tan alto cargo por medio de elecciones democráticas.

La vida política de Perón tiene, por ello, dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.

Fue fundador y jefe político del Movimiento Justicialista que aún hoy, a 30 años de su muerte, continúa siendo la fuerza política mayoritaria de la República Argentina (Partido Justicialista).

Perón dejó escritas múltiples obras (La Comunidad Organizada, Conducción Política y Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, entre otras), donde expresa su filosofía y doctrina política, y que continúan siendo textos de consulta en el plano académico, aplicados a la vida política argentina y continental.



Infancia y primera juventud

Perón nació en Lobos (Provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1895. Fue hijo de Mario Tomás Perón, pequeño productor agrícola-ganadero, y de Juana Sosa, y nieto de uno de los médicos más célebres de su tiempo, el profesor Tomás L. Perón. Su familia es de origen sardo por vía paterna y castellana por vía materna. Su infancia y primera juventud las vivió en las pampas bonaerenses y en las llanuras patagónicas del sur de la Argentina, donde se trasladaron sus padres en 1899 en busca de trabajo. Estos escenarios de grandes espacios abiertos y de vida rural incidieron en su formación cultural que algunos biógrafos han denominado "criollismo". Perón deseaba ser médico como su abuelo, pero finalmente, en 1911, ingresó al Colegio Militar de la Nación, situado en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, y egresó en 1913 con el grado de subteniente del arma de Infantería.



Vida Militar

Como oficial joven ocupó diversos destinos militares dentro del país mientras fue ascendiendo en su carrera. Teniendo el grado de Capitán redactó trabajos sobre Moral Militar, Higiene Militar, Campañas del Alto Perú, El Frente Oriental de la Guerra Mundial de 1914. Estudios Estratégicos", que fueron adoptados como textos de estudio en las academias del Ejército.


En 1929 contrajo matrimonio con Aurelia Tizón en la Iglesia castrense Nuestra Señora de Luján, pero su esposa murió muy joven, en setiembre de 1938. 
En 1930 ya era miembro del Estado Mayor del Ejército y Profesor Titular de "Historia Militar" en la Escuela Superior de Guerra. Continuó publicando textos militares y también redactó un estudio sobre el idioma de los indios araucanos, originarios de la región patagónica, bajo el título Toponimia Patagónica de Etimología Araucana (1935). 
En 1936, con el grado de Mayor del Ejército, fue nombrado Agregado Militar en la Embajada Argentina en la República de Chile. Ese año ascendió al grado de Teniente Coronel. En 1937 publicó el estudio La Idea Estratégica y la Idea Operativa de San Martín en la Campaña de los Andes. 
En 1939 integró la Misión de estudios en el extranjero que el Ejército Argentino envió a Europa, con residencia en Italia. Se especializó en Infantería de Montaña (alpinismo y esquí). Regresó a principios de 1940, luego de recorrer España, Alemania, Hungría, Francia, Yugoslavia y Albania. Fue destinado al Centro de Instrucción de Montaña (Mendoza) y en 1941 ascendió al grado de Coronel. 
A partir de 1943 su vida militar comenzó a converger hacia la política, que lo iba a absorber totalmente hasta su muerte.



Vida Política

El 4 de junio de 1943, Perón participó en la Revolución militar que terminó un proceso de fraude y corrupción política, iniciado con el golpe militar de 1930, que había desplazado del poder al Presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, perteneciente al partido Unión Cívica Radical. Perón tenía el grado de Coronel y formaba parte de un grupo de oficiales organizados en una especie de logia denominada GOU (Grupo Oficiales Unidos) que sostenía un pensamiento nacionalista y de recuperación ética.

En el gobierno militar, Perón comenzó ocupando cargos menores. En octubre de 1943, solicitó desempeñarse en el Departamento Nacional del Trabajo, un modesto organismo dedicado a los asuntos laborales y sindicales. El joven coronel inició, desde este lugar, su contacto con la clase trabajadora argentina, adentrándose en sus problemas y necesidades. Convirtió al modesto organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión, amplió sus facultades y asumió su nueva titularidad el 10 de diciembre de 1943. 
Desde allí impulsó la organización de los trabajadores en sindicatos, transmitiéndole al movimiento obrero una visión reivindicatoria y nacional del trabajo y promovió una legislación protectora inspirada en los principios de justicia social, difundidos, entre otras fuentes, por las Encíclicas papales. 
A principios de 1944 conoció a María Eva Duarte que sería su esposa y a quién la historia ha inmortalizado con el nombre de Evita. 
Por su desempeño en la Secretaría de Trabajo y Previsión comenzó a crecer la popularidad de Perón en la clase trabajadora, lo cual despertó desconfianza en muchos de los mandos del Ejército, que mantenían una concepción conservadora y elitista de la sociedad argentina. A tal punto llegó esta situación que, pese a estar desempeñando en 1945 los cargos de Vicepresidente y Ministro de Guerra del Gobierno Militar, el Coronel Perón fue obligado a renunciar a todas sus funciones el 10 de octubre de ese año. El día 13 fue llevado detenido a la Isla Martín García (situada en el Río de La Plata, frente a la ciudad de Buenos Aires). 
Una vez conocida por los trabajadores la noticia de la detención de Perón, se declaró una huelga general espontánea en todo el país. Contingentes obreros comenzaron a marchar hacia la Casa de Gobierno, en la ciudad de Buenos Aires, cubriendo la Plaza de Mayo con una multitud que reclamaba su libertad. 
Fue el 17 de octubre de 1945. Al anochecer de ese día y ante la presión popular, Perón fue puesto en libertad y convocado por los propios gobernantes militares a hablar a la multitud para calmarla. 
Perón así lo hizo, pidió su retiro del Ejército y convertido en ex-militar se lanzó a la vida política. Tenía 50 años de edad. 
Ese mismo mes de octubre contrajo matrimonio con Eva Perón. 
El gobierno militar, debilitado por los acontecimientos, convocó a elecciones presidenciales para el 24 de febrero de 1946. Perón, con apenas cuatro meses de tiempo, presentó su candidatura con la fórmula Perón-Quijano y organizó sus bases políticas de apoyo que fueron los trabajadores, sectores independientes y desprendimientos progresistas de los partidos tradicionales como la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y el Partido Socialista. Su adversario fue un frente político denominado "Unión Democrática", conformado por los sectores más conservadores de la sociedad en alianza con la izquierda internacionalista, como el Partido Comunista, y apoyado abiertamente por el embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Spruille Braden. La disyuntiva fue "Braden o Perón". 
Perón triunfó en las elecciones con el 52 por ciento de los votos y asumió la Presidencia de la Nación el 4 de junio de 1946. Ya en el Gobierno fundó el Movimiento Peronista. Comenzó una gestión de fuerte preocupación nacional y social. 
En 1949 se reformó la Constitución Nacional mediante elección democrática de constituyentes y se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales, como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina. 
En 1951 la formula Perón-Quijano fue reelecta por un nuevo período de seis años con el 62 por ciento de los votos. 
En 1952 murió Eva Perón, "Evita", afectada por un cáncer. Se creó en torno a Perón un gran vacío afectivo. 
En 1953 Perón planteó, en diversas exposiciones públicas, su pensamiento sobre la política exterior basada en los conceptos de "continentalismo" y "universalismo" con proyección al siglo XXI. Tomó las primeras decisiones concretas encaminadas a impulsar la integración latinoamericana y propuso a Chile y a Brasil echar las bases de una unión subregional que se denominaría ABC. Este proyecto es el antecedente del actual MERCOSUR instalado 30 años después. 
El 16 de setiembre de 1955 el Gobierno constitucional de Perón fue derrocado por un golpe militar apoyado por los sectores más reaccionarios de la sociedad. Comenzó un largo período de proscripción política del Movimiento Justicialista, persecución a sus integrantes mediante fusilamientos, cárcel y destierro. Perón debió exiliarse. Este cruento período se extendió por 18 años, durante los cuales las Fuerzas Armadas asumieron el control político del país. 
Perón se exiló en países latinoamericanos, conoció a una joven argentina, María Estela Martínez, “Isabel”, que se convertiría en su tercera esposa, y a partir de 1960 se trasladó a España donde vivió en Madrid hasta que pudo regresar a su patria por primera vez el 17 de noviembre de 1972 y, definitivamente, el 20 de junio de 1973. 
El gobierno militar presidido por el Gral. Lanusse convocó a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973, pero proscribió a Perón. El Movimiento Justicialista ganó las elecciones con el 49,59 por ciento de los votos con la fórmula Cámpora-Solano Lima designada por Perón. Una vez en el gobierno, el presidente Cámpora renunció al cargo y se convocó a nuevas elecciones presidenciales sin proscripciones para el 23 de setiembre de 1973. El Movimiento Justicialista propuso la fórmula Perón-Perón (Juan Domingo Perón y su esposa Isabel Martínez de Perón), que obtuvo el triunfo con más del 60 por ciento de los votos. 
Perón ya tenía 78 años y estaba enfermo. Murió el 1º de julio de 1974, mientras estaba en ejercicio constitucional y democrático de la Presidencia de la Nación por tercera vez.

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