PERONISMO Y UNIVERSIDAD- "ALPARGATS SI, LIBROS NO"
de Gallego Fernández, el miércoles, 24 de noviembre de 2010 a las 1:33
Desde el mítico mandato popular de” alpargatas sí, libros no”, se puede rastrear la política peronista hacia el espacio universitario. Esa consigna tan sencilla de los trabajadores, manifestaba un repudio absoluto hacia la teoría política y el conocimiento científico, puesto al servicio de la oligarquía y el imperialismo. En buen romance estaban hartos de discursos, las alpargatas eran tangibles.
Este desvarío de la FUBA, niños bien, que no soportaban la irrupción de un nuevo sujeto político, con liderazgos formados en la lucha por un proyecto de país, no respondía a los parámetros científicos; y aún cuando el materialismo histórico estuviese presente en la izquierda, la carga positivista, del conocimiento científico, impedía construir una teoría propia de nuestro proceso histórico.
Absortos observaban como el aluvión zoológico, se armaba de categorías políticas propias, sin recurrir a la ciencia para tales formulaciones, cometían la irreverencia de contradecir las leyes científicas, y poner en duda lo único que no se discute en una sociedad materialista, el saber científico; liderazgos procesados en, y desde la barbarie ponían en peligro el sistema de estratificación social que había diseñado la oligarquía.
El privilegio de tener garantizado una posición dominante, se termina de destruir, con la gratuidad y el acceso libre a la UBA, y el resto de las 10 Universidades Nacionales que se crearon; este cuadro de angustia existencial para los sectores dominantes, se termina de completar con las escuelas fábricas y la complementariedad con la Universidad Obrera, el nuevo sujeto político domina el saber científico – técnico y lo utiliza para fabricar alpargatas.
Este proceso nos brinda los conceptos esenciales de una política peronista para la producción, administración y aplicación de conocimiento científico.
El primero y esencial, es que el conjunto de nuestro pueblo sostiene nuestra formación y por consiguiente el conocimiento que manejamos, no es para utilizar de manera liberal, sino para retribuir a nuestro pueblo ese gran esfuerzo. Cientos de hogares dejan de satisfacer necesidades básicas, para que esa riqueza se destine a nuestra formación.
En segundo término, el peronismo promueve el acceso irrestricto al conocimiento científico, cuestión que era relevante en el patrón tecnológico metalmecánico, donde el núcleo dinamizante era la energía; en este patrón tecnológico cuyo núcleo esta centrado en la producción de conocimiento, el acceso a la universidad debe ser universal.
En tercer término la universidad forma compatriotas, en sintonía con un proyecto de Nación destinado a garantizar la felicidad del pueblo, en consecuencia, es patético entender que la autonomía del gobierno de la universidad, se entienda como autonomía frente a la sociedad y el estado.
Ese carácter liberal en que se forman, quienes concurren a la universidad, termina brindándoles el status de un titulo, y escasas herramientas para aplicar el conocimiento que poseen, en el proceso socio – económico; siendo la excepción, aquellos que se benefician con los mecanismos de estratificación, que utilizan los sectores dominantes, a partir del control sobre la estructura económica o el sistema de relaciones en los sectores medios en niveles de gerenciamiento, el resto padece una degradación profesional que se observa, en profesionales de ciencias económicas, liquidando impuestos a al pequeño comercio; o abogados redactando escritos y “haciendo tribunales”, para estudios jurídicos. La ausencia de aplicación tecnológica del conocimiento que apropian y la desvinculación de las estructuras sociales donde se aplica, anula la dialéctica necesaria para una continua producción de conocimiento, y una perspectiva segura de aplicar el mismo en los espacios donde nuestro pueblo lo necesita, única forma de garantizar salidas laborales en condiciones de igualdad y equidad, cuando finalizan la curricula.
Es patético que un arquitecto, no hay colocado un solo ladrillo, o peor aún, que no pueda realizar una planificación integral de grandes obras porque desconoce los rendimientos productivos de maquinas y trabajadores; es indignante que se formen cirujanos plásticos para atender las demandas estéticas de extranjeros, y a treinta km de la CABA no cuenten con pediatras.
El panorama es más desolador, cuando observamos a las agrupaciones estudiantiles del peronismo; que en su gran mayoría han incorporado la lógica política de los partidos liberales, donde la tarea militante es reclutar adhesiones considerando al espacio universitario como una cantera de nuevos burócratas políticos. El debate político desde lo sectorial, se reduce a reivindicaciones de carácter mutualista; en tanto el debate sobre las coyunturas políticas tiene como único objetivo nutrir de militancia las organizaciones. Los más preocupante es que, la designación de funcionarios en el Estado, para desempeños que requieren de decisiones políticas, tenga como requisito previo, la constancia de un titulo de grado.
El rol del peronista revolucionario en la universidad, es construir los puentes que rompan con el aislamiento, y resolver las limitaciones económicas que impiden el ingreso universal irrestricto, como también reformular los diseños curriculares y el vínculo imprescindible entre la apropiación y aplicación de conocimiento en la sociedad, única manera de dinamizar la producción de conocimiento en los ámbitos académicos desde los intereses populares.
Es hora de juntarse con los que quieren alpargatas, con los dirigentes gremiales, que piensan la actividad de los trabajadores como aporte a un proyecto de Nación soberana y liberada; con las organizaciones sociales que tienen voluntad de quebrar el clientelismo y erradicar definitivamente la pobreza, exclusión y estigmatización, que sufre una enorme cantidad de argentinos en las periferias de los centros urbanos y los espacios rurales; diseñar las actualizaciones tecnológicas que requiere nuestro territorio y nuestras ciudades y pueblos, para que cada compatriota alcance los grados de libertad, que brinda el acceso a la vivienda, la educación, el trabajo y la salud.
Este es el debate político que desde los contenidos revolucionarios del peronismo se deben introducir en las Universidades nacionales; primero necesitamos patriotas, luego profesionales, pero para sentir la patria en un sentido de humanidad, se requiere jerarquizar el saber popular, y subordinar el conocimiento científico a este saber. El mejor sanitarista del país poco puede diseñar, si no escucha a quien hace cola en un hospital a las cinco de la mañana.
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