martes, 29 de noviembre de 2011

Entrevista a Aleida Guevara March



Por Manuel Alzina


Hilda Guevara March, hija del Che y de Aleida March, estuvo en Argentina presentando el libro Evocación, escrito por su madre, quien fue parte de la lucha clandestina en Cuba, guerrillera, militante revolucionaria hasta la actualidad y madres de cuatro hijos con el Comandante. Entrevista exclusiva para la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA)

Evocación
-¿Qué significó para usted cumplir años presentando el libro de su madre en el país que vio nacer a su padre?
(Se ríe) Mira, tú sabes que yo de esas cosas no soy muy sentimental. A mí me hacen llorar otras cosas ¿no? Primero me hubiera gustado celebrar mi cumpleaños con mis hijas y con mi madre. Mi mamá me mando un correo de lo más lindo que al final decía: “soy muy feliz de haber traído al mundo una niña tan bonita”. Yo le respondí: “no mami, creo que tu y papi tenían un problema ocular” (se ríe sin parar). Porque la verdad que yo fui un macaco cuando nací, después me arreglé un poquitico pero nada más… El cumpleaños, es un año más o un año menos, depende como lo ves. Porque a mí me dicen: “cumplís un año más”, y si, viví un año más es verdad pero también estás restándole a lo que te queda ¿no? Depende de la mirada que tú hagas.
-Hablando de su madre: ¿Por qué decidió quebrar el silencio?
Yo pienso que son varios factores los que influyen. Ella es grande ya como mujer ¿no? Siente también que hay una deuda con sus hijos que no había pagado pero además de eso, en estos últimos años, han salido muchos escritos sobre mi papá que desgraciadamente no son muy fieles a la verdad y ella se molesta mucho con eso. Así que me imagino que ella misma probó su misma medicina: “Si yo protesto por esto entonces: ¿qué voy a esperar? ¿Qué yo no esté para que alguien invente lo que he vivido? Entonces mejor es contarlo yo” Creo que esa es una de las razones que más influyó en su decisión de hacerlo ahora.
Pero además la posibilidad real de hacerlo ahora. Lloró, sufrió pero ya sus hijos son mujeres, hombres, tiene nietos. Es decir, ella ya no es imprescindible para cada uno de nosotros. En aquella época cuando éramos muy chiquitos, si ella no estaba: ¿qué iba a pasar con nuestras vidas? No es lo mismo cuando hay una mamá que guía, que forma, que educa. Así que ella tenía que poner como un dique de contención a todos sus sentimientos para poder seguir viviendo. Cuando vos lees el libro te das cuenta de que es un momento desgarrador la pérdida de mi padre. Y tiene que seguir viviendo. Así que me imagino que fue un mecanismo, durante tantos años, de resistir, de encerrar ese sentimiento para poder seguir hacia el exterior ¿no?
-El libro es una Evocación a esa historia de amor entre su madre y su padre. ¿El libro te ayudó a conocerlos mejor?
Indiscutiblemente. Mi mamá no hablaba de estas cosas. Fíjate, yo siempre explico esto porque para mí misma no hay una explicación lógica. Por ejemplo: mami no hablaba de sus intimidades pero sin embargo yo no extraño la ausencia de mi papá hasta que soy una adolescente. Es decir, papi muere cuando tengo seis años. Recién a los diez, once es que empiezo a decir: “mi papá no está”. Lo empiezo a añorar de verdad. En la etapa anterior ¡yo lo sentía!, ¡estaba ahí! ¿Cómo ella logra hacer esto, sin hablar íntimamente de nada? ¿Cómo lo logró? Eso no te lo puedo decir. No lo sé. Pero yo lo sentí. Yo te estoy diciendo lo que yo sentí. Y yo lo sentía a él, que estaba ahí. Y nunca lo usó para regañarnos. Nunca. Yo me podía poner brava con ella y ¿quién era mi cómplice? Mi papá. Era así.
-Su madre tuvo un rol destacado en la integración de la mujer a la Revolución…
Si, ella fue parte de la Dirección de la Federación de Mujeres Cubanas, fue de las primeras dirigentes nacionales de la Federación y ha trabajado muchísimo en la integración de mujeres. En pleno periodo especial, cuando aparecen después de tanto tiempo algunas prostitutas en Cuba, mi madre se quería morir. A veces tenía que agarrarla del brazo para pararla. No entiende cómo es posible que una mujer se degrade de esa manera. Ella nunca va a poder entender eso, ni yo tampoco. Para mí es una herida lacerante en el pecho cuando una joven hace semejante tontería con su vida. Las crisis económicas muchas veces producen crisis de valores y en ese sentido hay que seguir trabajando. Te cuento esto para que te des cuenta hasta que punto mi madre es sensible en relación a la mujer. Siempre ha sido, para nosotros, un bastión muy importante en ese sentido. Tengo una “tía”, que es postiza, no genética pero más que tía. Se llama Ernestina, era enfermera de mi papá y compañera de la clandestinidad de mi mamá. Ernestina me enseño algo que llevo a la práctica siempre: la tierra es mejor que yo y la piso. Eso quiere decir que a mí no me pisa nadie. Así hemos vivido y crecido, con estas mujeres alrededor que te podrás imaginar.
Fidel
Del libro surge que Fidel es algo así como el mediador entre esa apetencia de hogar y el hacedor de sueños que latía en el Che ¿Qué relación tuvo siempre la familia con Fidel?
Mi mamá, tu lo leíste en el libro, quiere muchísimo a Fidel. Es más, ella no quisiera estar viva si él no está. Fíjate hasta donde llega ese cariño extraordinario. Ese respeto, esa admiración de mi madre a Fidel. Pero Fidel tenía su propia vida también. La imagen paterna que yo tuve fue él por eso yo le digo “tío” desde que tengo uso de razón a Fidel. Después crecimos y Fidel tuvo siempre montón de obligaciones, un montón de trabajo y ya no tenía la misma cercanía. Pero siempre estaba en contacto de alguna manera. Por ejemplo cuando yo me casé. Yo tuve que esperar que Fidel llegara a mi casa para poderme casar. Eran las 23:30 y mi “tío” estaba recibiendo al Presidente de Yugoslavia. Después me contó el embajador de ese país que su Presidente miraba que Fidel estaba mirando el reloj a cada rato. Entonces en un momento le dice: “Mire Presidente, usted ya cumplió conmigo si usted tiene otro compromiso no se preocupe” Y Fidel le explica: “es que se casa la hija mayor del Che”. Realmente yo no soy la hija mayor del Che (Hilda Guevara es su hija mayor con su primer matrimonio con Hilda Gadea) pero como soy la mayor de los cubanos pues él lo dice así muchas veces.
Entonces el hombre se queda impresionado porque siempre se ha dicho que él y mi papá tuvieron discusiones y se separaron. Toda esa tontería que se manipuló, precisamente, para acabar con la imagen de Fidel. Entonces el hombre (el Presidente de Yugoslavia) se queda impresionado y Fidel le dice: “¿tu quieres venir conmigo?” Y el Presidente dice que sí. ¡La Madre que me parió! Se apareció mi “tío” con toda la comitiva del Presidente de Yugoslavia a mi casa. Teníamos una botella de Champagne para brindar que habíamos traído de Angola. No había nada más para brindar (se ríe a carcajadas) ¡Era una boda para treinta personas! Cuando mi mamá ve que empieza a llegar toda esa cantidad de gente no sabe qué hacer. Pero bueh, empieza a desarrollarse la boda. Tú ves las fotos de la boda y Fidel parece el novio. Julio, que era mi marido estábamos uno en cada punta celebrando y él en el medio celebrando también. Vamos a picar, él también en el medio. Esa noche fue muy linda. Él puso los testigos de mi boda también…
-¿Me habla en serio…?
Si, si. Trajo al embajador de México que acababa de presentar sus cartas credenciales y le dijo: “si, si, si. Vamos, vamos, tú también eres testigo porque el Che vino a Cuba desde México así que vamos: firma”. Nosotros teníamos nuestros propios testigos que firmaron. Después él puso a firmar a medio mundo. “Raúl ¿vas a firmar tu también? Dale, dale. Vilma (Espín) tu también, dale” Y al final dice: “bueno, ahora voy a firmar yo, sino no están casados” Es tremendo. Esa noche fue extraordinaria.
Fidel es así. Cuando nació mi hija mayor: ¡discutimos el nombre de mi hija! ¡Él quería ponerle el nombre a la niña! El padre de mi hija en esos momentos estaba por África y yo había quedado con él en un nombre que a mí tampoco me gustaba. A mí me gustan muchos los nombres castizos. Y él, un poco para embromarme me dijo que se iba a llamar Estefanía. Bueno si era varón yo ponía el nombre, porque él tenía un varón del primer matrimonio, entonces me tocaba a mí. Pero si era mujer le tocaba a él. Entonces fue niña y él no estaba en Cuba en ese momento. Y en esos días; Fanny nació el 21 de diciembre de 1988; ese mismo año, el 22 de diciembre se firma el Acuerdo Tripartito entre Sudáfrica, Angola y Cuba. Por la cual, Cuba retiraba sus tropas militares de Angola, Sudáfrica derrotada se retiraba totalmente, comenzaba el inicio del final del Apartheid y Namibia conseguía su independencia. Era una victoria total. Por eso el quería que mi hija se llamara “Victoria”. Y yo no podía, había dado mi palabra con mi marido que se llamaría Estefanía. ¡Ay para que fue aquello! Lo último que me dijo acercándose a la cuna fue: “ojala no saques el temperamento de tu madre” Se viró y se fue muy molesto conmigo porque decía: “los abuelos son lo que ponen los nombres” Y yo le respondía que eran los padres, no los abuelos y así. Mi madre pidiendo que le ponga Victoria también. No podía porque tenía la palabra empeñada con mi marido. Después éste me dijo porque no le había puesto ese nombre. Gracioso, claro, si él no estaba.
Mi “tío” es una persona muy importante en mi vida. De niña yo trataba de sacar las mejores notas en la escuela para que él estuviera orgulloso de mí. Ese tipo de cosas fue la familiaridad que tuvimos y que tenemos con Fidel.
La salud de la Revolución.
-Usted, su madre y sus hermanos viven en Cuba ¿Cómo esta su país hoy? ¿Qué cambios se están produciendo?
Seguimos siendo un país bloqueado por EEUU. Eso no ha cambiado y eso marca muchísimo la economía y el desarrollo económico del país. En los últimos años comenzamos a dar soluciones a viejos problemas que el socialismo iba trayendo consigo. La crisis económica brutal en que vive el mundo también nos ha afectado a nosotros. No vivimos en otro planeta, vivimos en éste. Por lo tanto nos afecta también y ahora va a seguir afectándonos. El Estado cubano determina que hay gente que estaba trabajando bajo sus órdenes pero que no eran productivos. Y, realmente, no se podía seguir manteniendo esas personas. Pero tú no puedes dejarlas en la calle, tú no la puedes dejar sin amparo. Entonces fue la idea de buscar una alternativa y esta fue que estas personas puedan trabajar por cuenta propia, si así lo querían. Así que se facilitó el alquiler de locales, se facilitó el traspaso de propiedades. Por ejemplo de viejas barberías que existían a cooperativas para un grupo de barberos que pudieran trabajar juntos. Ya había, unos años atrás estaban funcionando así, pero bueno con esa situación se incrementaron estas soluciones ¿no?
Además de eso se crea un sindicato para las personas que trabajan por cuenta propia para que nadie les robe. Porque tú sabes que siempre sale uno creyéndose el más bárbaro, el más pillo y trata de explotar. No, eso no se va a permitir nunca. Entonces un sindicato que haga respetar eso y que proteja a los trabajadores de cuenta propia.
Se han planteado cambios en algunas leyes que faciliten estos trabajos pero la Asamblea Nacional Cubana en última instancia tendrá que aprobar todos los cambios y proyectos de Ley. Lo importante es que primero lo discutió el pueblo, en sus viviendas, en los CDR (Comité de Defensa de la Revolución) lo discutimos en los trabajos, en la militancia, en las universidades, en todos lados. Hay muchos criterios y proyectos en cuanto a lo económico y en el último Congreso del Partido se analizaron punto por punto, todo lo que la población había pedido y esforzado discutiendo. Se ha analizado en el Congreso, que fue público, televisado para todo el país. Así que bueno, fue una discusión abierta y ahora falta una nueva Asamblea del Partido donde si se va a ver la parte interna del Partido Comunista de Cuba.
Estamos trabajando sobre todo en la cuestión económica. Mejorar la situación económica del país es fundamental para Cuba. La ventaja que tenemos en este momento es el ALBA (Alternativa Bolivariana para nuestra América) que es la alternativa que tenemos países del Continente como son Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba mas dos islitas pequeñas del Caribe.
Estamos trabajando para aumentar nuestras relaciones comerciales, más libres, mucho más igualitarias. Respetándonos mutuamente sin querer influir en los problemas internos de cada país. Pero si ayudando en lo que se nos pida. Por ejemplo: si faltan médicos y Cuba los tiene, se los da. Si hay necesidad de instructores de deporte pues Cuba los da. Cuba no tiene Petróleo entonces se hacen intercambios entre nuestros países. Nosotros prestamos mas servicios y ellos con cuestiones que nos hagan falta a nosotros. Vamos desarrollándonos.
Por ejemplo: Cuba está desarrollando mucho el polo científico, tenemos vacunas, tenemos una serie de investigaciones de última tecnología en el mundo. Estos avances muy ayudados por Venezuela, por lo tanto los logros se comparten porque ellos nos ayudan y nosotros le devolvemos a ellos sin problema alguno. Es realmente un intercambio muy respetuoso. Muy bueno dentro de nuestros pueblos que se están conociendo mucho mas, culturalmente, como pueblos autóctonos que viven en la zona. Es un proyecto muy bello y hemos hecho cosas muy bonitas como el “Yo Si puedo” (Programa de Alfabetización), “Operación Milagro” para devolverle la vista a quien lo necesite gratuitamente. Ya vamos casi por los cinco millones de paciente operados. La meta son diez millones así que nos falta un tramo.
Estamos con un proyecto muy lindo con el ALBA para recuperar la vida de los pacientes minusválidos que durante mucho tiempo han sido olvidados y han sido maltratados. Porque a veces por una cuestión religiosa la gente dice. “Dios me castigo por un pecado que cometí” y entonces esconden a los minusválidos en situaciones infrahumanas que hay que verlas. Uno nunca se las imagina. Vamos a los lugares donde nunca llego ningún profesional con una brigada de médicos de primer nivel. Especialistas de todo tipo que acuden integrando además a la comunidad demostrando que no es correcto mantener a estas personas aisladas o encerradas o separadas por su deficiencia física o mental, sino todo lo contrario. Hay que ayudarlos, hay que rescatarlos.
-Usted es médica ¿cómo trabajan con la prevención en su país?
La medicina cubana es eminentemente preventiva. Nosotros tenemos catorce vacunas para los niños nuestros. Totalmente gratuitas por supuesto. Pero además de eso está la educación, que es un factor muy importante para tener una salud real. Debes tener un pueblo culto, un pueblo que entienda lo que hay que hacer y para que hay que hacerlo. La televisión cubana ayuda mucho. Nosotros no tenemos tandas comerciales pero si tenemos propaganda científica en nuestra televisión. Es decir, las cosas que hay que hacer para mejorar esto o lo otro. Estamos trabajando mucho ahora contra la obesidad, contra la gordura, en los malos hábitos de la alimentación y los ejercicios que hay que hacer porque sino nos vamos poniendo sedentarios.
En ese tipo de cosas donde también ayudan los artistas. Hemos pasado hace poco, como tú sabes, unos ciclones horribles que arrasaron con varias ciudades del país y sin embargo la gente fue a recuperar sus pueblos y también fueron los artistas. Iban a los lugares y por la mañana trabajaban en la recuperación del pueblo y por la tarde actuaban para entretener a la gente. Algo muy hermoso, precioso.
Tenemos muchos proyectos, estamos mejorando mucho la economía sobre todo la producción agrícola. Estamos con el tema del petróleo, ya que tenemos un área que es nuestra y vamos a ver como la explotamos. Yo pienso que en los próximos diez años la vida en Cuba debe mejorar siempre y cuando el Gobierno de EEUU no haga algún desastre en la zona. Si lo hace, tendremos que enfrentar las consecuencias.
Che íntimo
¿Qué recuerdos te quedan del Che?
Tenía cuatro años y medio cuando papi sale de mi vida. Piensa que en ese tiempo que vivimos juntos mi padre recorre el mundo casi dos veces llevando el mensaje de la revolución cubana. Es catalogado por esto como uno de los primeros diplomáticos de la Revolución Cubana. Pero además de eso, él trabajaba dieciséis horas diarias cuando estaba en Cuba. Tenía muy poquito tiempo. Hay flashes en la memoria sí. Verlo llegar del trabajo voluntario sucio y quitarse esa ropa, ponerse en cuatro patas en el pasillo y yo ir sobre su espalda. Como imágenes rápidas que pasan pero pocas, muy pocas. Una muy clara, que yo pienso que es de uno de los últimos días que convivimos en Cuba, es una imagen donde esta con mi mamá, en el cuarto de ellos, y el está detrás de mami. Ella tiene a mi hermano apoyado en su hombro y mi papá esta acariciando la cabecita del bebe con una mano que para mí es muy grande. Porque yo estoy debajo mirando la escena. Y yo te lo estoy contando y estoy mirando (cierra los ojos) La cara de mi papá se me desdibuja un poco, se pierde un poco, pero la mano no. La mano es grande, comparada con esa cabecita y la está tocando con tanta ternura que yo tenía cuatro años y medio y nunca se me olvido eso, jamás.
-¿Cuál es la vigencia del hombre nuevo en esta sociedad de hoy?
El hombre nuevo no es algo acabado, es algo que se va creando y se va transformando a través de la percepción de la sociedad. Cada vez que tú mejoras la sociedad, debe mejorar el hombre. Y cada vez que mejore el hombre va a exigir una sociedad más avanzada. Es como que se retroalimentan. Yo hago esto para mejorar esto, cuando mejoro esto voy a exigir más porque necesito más, entonces el hombre nuevo se va perfeccionando a medida que la sociedad se va haciendo mejor para todos. Es algo que se puede notar hoy. Cuando tú mandas muchachos jóvenes a lugares donde nunca antes fue un médico y resisten y trabajan y vuelven mucho más conscientes, eso es muy positivo y bueno para nosotros.
-¿Cuál es el poema que más te gusta de tu viejo?
(Se ríe) Bueno, mi papa tiene varios pero hay uno que a mí me conmueve mucho, es el canto que le hace a Fidel. La última estrofa para mi es preciosa. Dice: “pedimos al pueblo cubano un sudario de cubanas lágrimas para cubrir sus huesos en el tránsito a la historia americana” Y eso lo hemos hecho.
Fotos: India Rodríguez.

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